Si entonces hubiera existido la televisión la habría empleado sin dudarlo. Hablamos del cardenal Spínola, aquel apóstol de los pobres que apostó por la prensa escrita hace casi un siglo y cuarto para hacer real aquella cita del evangelio de San Juan que debería campear en cualquier redacción periodística: «La verdad os hará libres».
Ha pasado mucho tiempo desde entonces pero esta cabecera centenaria, acostumbrada a ser más yunque que martillo, ha sido testigo de los vaivenes de la ciudad, especialmente de la historia pequeña y doméstica que ha hecho suya El Correo TV a través de todas esas voces y rostros inconfundibles que ya forman parte de la cotidianidad de muchos hogares sevillanos y de otros muchos, lejanos de la Giralda.
Ahora estamos rondando el centenario: desde las páginas de El Correo se había promovido la coronación canónica de la Virgen del Rocío en 1918. Un memorable artículo escrito en las mismas páginas dos años después también provocó la creación de esa pluma de oro que hoy forma parte del atavío más genuino de la Esperanza Macarena, la misma imagen que las cámaras de El Correo TV filmaron en aquella mañana hermosa de la primavera de 2014 cruzando la Plaza de España. Hoy no se puede entender la histórica cabecera de tinta roja sin la emisión televisiva, la misma a la que los incomprensibles vericuetos de una burocracia dirigida podría poner sordina. Quiero seguir pensando que la verdad nos hará libres; y celebrar como merecen 125 años comprometidos con esta ciudad.