No es fácil ser amigo de los artistas flamencos siendo crítico, porque tienes que opinar de lo que hacen y eso suele crear problemas a veces. Juan el Lebrijano era un genio del cante, pero hasta los genios tienen un mal día o no aciertan en ocasiones a la hora de grabar un disco. Sin embargo, y a pesar de algunas críticas duras, Juan jamás se molestó. Si alguna vez me llamó a casa fue para darme las gracias por algún artículo elogioso o para puntualizar algo de su contenido, aunque siempre de una manera educada y cariñosa. Juan Peña era educado y cariñoso y un artista que valoró siempre nuestro trabajo, el de los críticos y estudiosos de este arte. Estuviera con quien estuviera, si te veía entrar donde él estaba o en la puerta de un teatro, lo dejaba todo para saludarte con una anchurosa sonrisa y los brazos abiertos. Era muy grande este gitano de Lebrija que se nos fue ayer mismo dejándonos rotos de dolor. Cuarenta años escuchándolo cantar en los escenarios y fuera de ellos, son muchos años, muchas emociones y borracheras de arte. Te querré siempre, maestro Juan.
- Multimedia
- CLASIFICADOS
- SERVICIOS