Creo que no ha sido muy inteligente el aún presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, por no ser algo autocrítico con su gestión a la hora de comunicar que habrá elecciones generales el día 28 de abril, tal y como se había venido adelantando desde diversos medios de comunicación. El hecho de que algunos de los partidos que lo eligieron para que echara a Mariano Rajoy del Gobierno y convocara elecciones en el menor tiempo posible, lo hayan echado ahora a él no aprobando sus maravillosos Presupuestos, es un fracaso, pero no lo ha reconocido sino al contrario: los que han fracasado han sido los demás. Es como esos padres que fueron a ver la jura de bandera de su hijo y viéndolo desfilar, los que llevaban el paso cambiado eran los dos mil soldados que iban con su retoño. Sánchez no tiene abuela, como es sobradamente conocido, pero lo de ayer fue ya la repera, una verdadera exaltación de sus logros. Creo que, escuchado lo escuchado, es una soberana tontería celebrar elecciones, cuando lo que habría que hacer es dejarlo que acabe su faraónico proyecto político y social. En serio, si fuera capaz de hacer la cuarta parte de lo que ha empezado y no ha acabado, es Sánchez nuestro hombre. Ironías al margen, es verdad que en poco tiempo, solo siete meses, ha sido capaz de ilusionar a mucha gente, de ahí que las encuestas le sean favorables y haya aprovechado el momento para que se celebren elecciones generales dentro de dos meses y antes de que se desgaste del todo y sus contrincantes más directos se asienten definitivamente y pulan algo sus agresivos discursos. Sánchez sabe de sobra que no lo va a tener fácil para poder formar gobierno y que si eso pasara habría acabado su carrera política en los primeros días de mayo. Tanto él como los demás líderes de la izquierda deberían hacer una buena campaña, unir criterios en la medida de lo posible e intentar por todos los medios que no ganen las derechas, como en Andalucía, porque eso supondría un drama en algunos aspectos. Pero como es el pueblo el que decide, que sea lo que quiera el pueblo, que somos todos y no solo Súper Sánchez.