Aires de cambio

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19 jun 2018 / 23:45 h - Actualizado: 19 jun 2018 / 23:45 h.
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Aunque la carrera por presidir el Partido Popular ha comenzado y los candidatos son muchos, no parece que esa organización política vaya a quebrarse en dos. Tanto el PP como el PSOE son partidos con una implantación muy importante en el panorama político, tienen un número de militantes y simpatizantes elevadísimo, tienen una gran experiencia. Además, la democracia interna no puede ser causa de terremotos y menos de apocalipsis políticas. La democracia es sana aunque no se sepa dónde está la llegada.

La renuncia de Núñez Feijóo, que muchos han considerado una traición grave a un PP en situación crítica, ha dado paso a las candidaturas de Sáenz de Santamaría y de Cospedal, que se unen a las que ya estaban presentadas.

Seguramente, Núñez Feijóo ha creído que la marca está agotada y que él representaba la continuidad como candidato de consenso. Y eso hoy parece una carga excesiva para un político que quiere ir un poco más allá con su carrera política. Seguramente, el resto de candidatos quieran presentarse como la necesaria regeneración de un partido muy dañado por todo lo que ha ido ocurriendo durante los últimos meses.

Viendo el número de candidatos y escuchando los discursos de todos ellos, parece claro que había muchas ganas de cambios y muchas ganas de hacerse con las riendas. Que el PP se adentre en el territorio de la democracia interna es una excelente noticia.

Durante este último año, la vida política española ha sufrido verdaderos cataclismos. Cambio de Gobierno, independentismo catalán o cambios radicales en los partidos políticos, son ejemplos de un estado casi histérico permanente que están modificando el presente y el futuro de España. Con el cambio que llega dentro del seno del Partido Popular se cierra un círculo que arrastra al país a la modernidad política. Un cambio necesario para que la democracia española recobre su buen estado de salud.