Internacionalismo suizo

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21 feb 2018 / 21:49 h - Actualizado: 21 feb 2018 / 22:33 h.
  • Internacionalismo suizo

Parece ser que Anna Gabriel ha elegido Suiza para montar su numerito personal vinculado al procés porque así será más sencillo internacionalizar la causa nacionalista catalana y, además, porque «provocar la entrada de actores internacionales» es un objetivo que debe afrontarse en condiciones que inviten a pensar en el éxito.

Hasta ahora, todos los nacionalistas que defendieron con ardor la declaración unilateral de independencia se han retractado cobardemente ante el juez Llarena y todo eso que defendieron no fue más que una puesta en escena en el que los símbolos eran protagonistas y poco más. Solo los que han huido de la justicia siguen defendiendo la república catalana como algo real y desprestigian la democracia española sea como sea. A esta opción se une la líder de la CUP que para hacer su presentación oficial ha cambiado, incluso, de aspecto.

Anna Gabriel está bien asesorada y ha elegido Suiza porque este es un país que no pertenece a la Unión Europea aunque sí es espacio Schengen; las autoridades suizas ya han apuntado al delito político y no a otro y, si no cambian las cosas, eso era un enorme problema; España no entregó a Suiza al acusado del caso Falciani y eso será una factura que, ahora, el Gobierno español pagará con toda seguridad; los delitos por los que podría ser acusada Anna Gabriel (aún no hay acusación y lo único por lo que le reclama el juez es por no presentarse ante él estando citada) no son coincidentes con los que incluye el Código Criminal suizo; en definitiva, Anna Gabriel ha escapado y ahora aprovechará para montar su propia pista circense.

Afortunadamente, el interés que despierta Anna Gabriel y el movimiento secesionista catalán entre los europeos es muy bajo, casi insignificante. Tal vez, todos los medios de comunicación deberían valorar esto adecuadamente y no hacer más importante, de lo que realmente es, nada de lo que tiene que ver con el independentismo catalán. En este caso, estamos hablando de una mujer citada en un juzgado que no se ha presentado y que podría ser acusada de una serie de delitos. Es decir, hablamos de una posible delincuente si el juez lo entiende así. Lo demás no cuenta y no se debe hacer más grande de lo que es.