Objetivo: cuidar el turismo

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04 sep 2017 / 08:00 h - Actualizado: 04 sep 2017 / 08:00 h.
"Turismo","Terrorismo"
  • Objetivo: cuidar el turismo

Son muchos los países que habiendo sido destinos turísticos internacionales de gran potencia han visto cómo la afluencia de visitantes ha decrecido de forma alarmante. Y, en todos los casos, la amenaza terrorista y la falta de previsión generando alternativas seguras y atractivas han sido las mayores causas de un descenso del negocio turístico que está creando verdaderos problemas en las diferentes economías.

No hay nada mejor que analizar lo que sucede en otros lugares para entender lo que puede llegar a ocurrir en España si no se comienzan a tomar medidas para evitar situaciones similares.

Los atentados de Barcelona, junto a esa fatiga que se ha producido en distintos lugares de España al masificarse un turismo de media y baja calidad, además de sumarse la falta de alternativas a una oferta barata que consiste en playa a bajo coste, son factores que pueden llegar a ser tóxicos para la industria turística española. Esto es algo que no puede tomarse como anecdótico puesto que hablamos del 11 por ciento del PIB nacional y un porcentaje del empleo que alcanza el 13 por ciento. Una caída en la afluencia de turistas internacionales supone una cantidad desorbitada de euros y personas desempleadas. El turismo, en el caso de España, es sumamente importante.

La tendencia de los últimos años es muy positiva. Los 36 millones de visitantes extranjeros durante el primer semestre del año suponen un 11,6 por ciento de incremento respecto al año anterior y hace suponer que las cifras a final de año serán un récord absoluto. De momento, se ha alcanzado un superávit de 16.964 millones de euros en la industria turística y viajes contabilizando los seis primeros meses. Y esa es la razón por la que las empresas del sector están obligadas a ir pensando en opciones para que lo que ya ha sucedido en países vecinos no sea razón de preocupación.

Ciudades como Sevilla deben buscar fórmulas con las que convertirse; gracias a su historia, a sus monumentos, a su gastronomía o su oferta cultural; en destinos preferentes para los turistas internacionales. Por ello, las medidas de seguridad en las calles, la limpieza de la ciudad en toda su extensión o el cuidado de todos los detalles que pueden afectar a la percepción de los turistas han de ser cuidados con extremado cuidado. Sevilla es una ciudad que puede permitirse el lujo de buscar un turismo de calidad que no deteriore la ciudad, que no degrade una imagen internacional exquisita. Y sin confundir el poder adquisitivo de esos visitantes con la calidad de su estancia. Los vándalos pueden tener cuentas corrientes nutridas. El problema, no hay que olvidarlo, es de orden público y no económico. Cualquier turista educado, implicado con el respeto al medio ambiente o el cuidado de las ciudades, es bienvenido en cualquier lugar del mundo. Lo que hay que eliminar es la oferta que atrae a sujetos que, con un presupuesto muy bajo, llegan a las ciudades para generar problemas. Y lo que hay que potenciar es el turismo de alto nivel sin que sea excluyente para nadie.