Otra charlotada de Podemos

Image
29 abr 2017 / 08:29 h - Actualizado: 29 abr 2017 / 08:29 h.
"Podemos"
  • Otra charlotada de Podemos

TAGS:

El líder de Podemos ha vuelto a dar un paso en falso. Parece que no termina de tener claras las cosas. Ni lo que son ni cómo funcionan. Si hace unos días intentaban imponer a un medio de comunicación privado quién debía ser uno de sus invitados en una tertulia (cosa insólita en este país desde que llegó la democracia), esta vez Pablo Iglesias, buscando un protagonismo que no puede alcanzar en el Congreso de los Diputados salvo cuando se dedica a utilizar lenguaje soez, ha decidido embarcarse en una aventura que tiene su comienzo justo en el mismo lugar en el que se encuentra el final. Porque una moción de censura es algo muy serio y requiere que el grupo parlamentario que lo realice tenga una alternativa al Gobierno (esto es: un líder, un programa que señale claramente qué es lo que se quiere hacer, cómo y cuándo; esas cosas que son necesarias para formar un Gobierno con garantías y que aporte seguridad, viabilidad y seriedad) y que ese grupo parlamentario sea capaz de reunir a las fuerzas políticas representadas en el Congreso de los Diputados puesto que sin una mayoría clara no existe posibilidad alguna de cambiar nada. Los portavoces de prácticamente todos los grupos ya han manifestado que no apoyarán la iniciativa y no han dudado en calificarla como charlotada o circo.

El vacío ideológico se suma a la falta de credibilidad política de Pablo Iglesias. Por una parte, su formación ha sido incapaz de aportar nada relevante durante esta legislatura. Mucha protesta en las calles y pocos elementos prácticos en las instituciones. Por otra, será difícil olvidar que fue el señor Iglesias el que no apoyó la investidura de Pedro Sánchez y que eso terminó con Mariano Rajoy en la Presidencia del Gobierno de España.

La grandilocuencia de las palabras del líder de Podemos pudieran resultar alarmantes para algunos. Sin embargo, ni se pegan a la realidad ni llegan a la gran mayoría de los españoles como una verdad irrebatible. Si bien es cierto que el Partido Popular está retratándose como una formación que arrastra un problema de corrupción casi insoportable para ellos mismos aunque, sobre todo, para la ciudadanía; en España no está sucediendo nada parecido a lo que estamos viendo en, por ejemplo, Venezuela. Y no parece que el señor Iglesias tenga tanto interés en denunciar eso como una situación excepcional en la democracia española que, por otro lado, no es tal cosa. La falta de credibilidad llega desde distintos lugares. El vacío ideológico es una constante aunque se disfrace de palabrería gruesa.