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Máquinas trabajando en la restauración de la muralla almohade de Marchena. / M.M. -
La localidad lleva mucho tiempo esperando su adecentamiento. / M.M.
Después de varios años de litigios y un largo periplo, el pueblo de Marchena respira tranquilo tras el inicio de las obras en su muralla almohade. Era el pasado mes de septiembre cuando se comenzaban las labores de la primera fase que, tras dos meses, «discurre a buen ritmo».
La alcaldesa marchenera, María del Mar Romero, señalaba al principio de las actuaciones que la intención del equipo de Gobierno es que haya una «continuidad entre esta primera fase y la segunda sin llegar a interrumpirse las obras». Unos trabajos en cuyos movimientos de tierra se está obteniendo información «esencial que ayudan a comprender la historia de la muralla y acometer la restauración».
Para encadenar ambas fases, Romero explica que «el Ayuntamiento está trabajando en la segunda fase viendo la necesidad de expropiar y valorando económicamente». Para ello, se está estudiando el proyecto y buscando recursos para la ejecución cuando, dentro de aproximadamente un año, finalice esta primera etapa. Tras cerca de cinco años de problemas, la intención del Consistorio marchenero es agilizar los trámites para prolongar la obra de la muralla. Después de años de litigios, entre el Ayuntamiento y el Gobierno central, la Audiencia Nacional ordenaba que el Estado consignase 492.874 euros para la primera fase de la restauración. Todo ello tras la decisión adoptada en 2011 por la comisión del programa del uno por ciento cultural, una decisión suspendida en 2012 por la Secretaría de Estado de Infraestructuras, Transportes y Vivienda. En octubre del 2014, el Consejo de Ministros incluía la aplicación del Fondo de Contingencia para cumplir la resolución de la Audiencia Nacional.
De esta forma, el Consistorio marchenero rubricaba el convenio con Tragsa hace un año para dar comienzo a esta fase. Sin embargo, el inicio de las obras se vio retrasado por la documentación necesaria. Una vez que se tenía preparado el trámite burocrático, la situación real del recinto requirió un reformado del proyecto, que databa del 2011, cuando la conservación de la zona era muy diferente.
Para el presidente de la asociación en defensa del patrimonio de Marchena, Acupamar, lo adecuado es que «estas obras se solapen con la segunda fase porque, aunque la primera fase es un tramo importante que es lo que estaba más deteriorado, lo conveniente es seguir».
La intervención iniciada comprende labores de restauración –comenzándose con la limpieza y consolidación de los lienzos– así como la restauración del portillo de la muralla de Marchena, cuyo casco histórico cuenta desde 1996 con la declaración de Conjunto Histórico Artístico. Además, parte fundamental de los trabajos será la accesibilidad de los visitantes con un pasillo y urbanización del entorno. En concreto, la rehabilitación abarca la mitad del lienzo de la muralla con un presupuesto que asciende a cerca de 658.000 euros, 492.874 de ellos a cargo del Ministerio y el resto corresponde al Ayuntamiento.
Consciente además del interés de estas obras, el Consistorio está poniendo en marcha una página web donde se ofrecerá un seguimiento de estas obras, fundamentales para el patrimonio de esta villa ducal. Otra acción patrimonial en la que se está trabajando el Consistorio es en el monumento de la Ronda de la Alcazaba, donde se está realizando proyecto y ejecución de consolidación de estructura y limpieza del monumento, así como el adecentamiento del entorno.
Porque Marchena es un municipio que, sin duda, destaca en la provincia por su gran conjunto monumental, el cual se verá ahora enriquecido con la obra de uno de sus emblemas más importantes: la muralla.