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Una de las pequeñas usuarias del Centro de Atención Infantil Temprana de Morón de la Frontera / M.M. -
Parte del equipo del centro, con el alcalde moronense. / M.M.
Con una merienda entre pequeños y mayores, el Centro de Atención Infantil Temprana (CAIT) de Morón de la Frontera ha celebrado una efeméride muy especial. 25 años atendiendo a niños y niñas de la localidad y la comarca con algún tipo de dificultad diagnosticada.
Fue en la merienda anual que organizan el centro cuando quisieron reunir a algunos de los niños que han sido atendidos en estos años. Corriendo y divirtiéndose los más pequeños, mientras que los padres tomaban los pasteles preparados para la ocasión, se reunieron para compartir vivencias entre ellos.
El Centro de Atención Infantil Temprana moronense se inicia en 1991 con un proyecto de trabajo a través del Centro de Valoración y Orientación de Sevilla, en principio con 12 niños «con grandes discapacidades» y dos terapeutas, Mento Gordillo y Chari Rojo, trabajadoras que aún a día de hoy atienden a estos pequeños como si fueran sus propios hijos. El programa fue creciendo en el número de niños atendidos de forma paulatina. En el 2005, se incrementa la cantidad de atenciones con una cantidad significativa de plazas conveniadas, que da lugar a que se aumente la plantilla con otra terapeuta más, Silvia Escalera.
Acudió a la convivencia entre padres e hijos, el alcalde, Juan Manuel Rodríguez junto con la delegada de Bienestar Social, Mari Carmen Castro. El regidor destacó en este aniversario que «este tipo de servicio tiene que ir a mejor porque la actividad que realizan engrandecen a la sociedad». Este programa tiene como objetivo fundamental establecer un conjunto de intervenciones planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar dirigidas a la población infantil menor de 6 años, a la familia y al entorno, para dar respuesta, lo más pronto posible, a las necesidades transitorias o permanentes que presenta la población infantil con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Ubicado en el colegio Reina Sofía, no solo se atiende a personas de Morón, sino que, hasta la localidad, son trasladados niños de Pruna, Montellano, El Coronil y Coripe. Desde pequeños sordo-ciegos hasta grandes prematuros o Síndrome de down son atendidos en el centro.
Años difíciles y un trabajo vocacional que estas tres mujeres desempeñan con la máxima dedicación. Aunque este año están atendiendo en torno a 80 niños, todos los meses «ese dato fluctúa», refleja Chari. Sin embargo, a lo largo de estos 25 años de trabajo del CAIT, se ha atendido una media de 1.500 niños con algún tipo de dificultad o retraso en su desarrollo.
María es una de sus niñas. Fue una pequeña prematura que nacía con poco más de cinco meses. Tiene ya seis añitos, pero su padre, Francisco Mena, recuerda su nacimiento como si fuera ayer. Su dura lucha por salir del hospital, en el que permaneció hospitalizada durante cerca de tres meses, la consagraron como toda una luchadora. Fue nada más salir cuando recibieron el apoyo de las trabajadoras del centro que atendieron a esta chiquitina desde ese mismo momento. Para los padres, este apoyo ha sido «fundamental para que no le quedaran secuelas».
En su recuerdo muchos chicos que han pasado por sus cuidados. Con especial cariño a todos pero, sin duda, rememora cómo una madre, tras haber tratado previamente a dos de sus hijos por problemas de lenguaje, «nos dijo, al quedarse embarazada, que esperáramos al tercero».