Un jurado juzgará a los acusados de matar de 61 puñaladas a su cuñada

La víctima fue asaltada en su vivienda de La Rinconada por las dos hermanas de su marido y la pareja de una de ellas

02 feb 2018 / 11:10 h - Actualizado: 02 feb 2018 / 17:40 h.
"Tribunales"
  • Efectivos de la Guardia Civil en la casa donde fue encontrado el cuerpo de la víctima. / El Correo
    Efectivos de la Guardia Civil en la casa donde fue encontrado el cuerpo de la víctima. / El Correo

Un jurado popular enjuiciará a las tres personas acusadas de acabar con la vida de Anabel Deza Vázquez, después de que el juez de refuerzo del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla haya dictado auto de apertura de juicio oral por un presunto delito de asesinato. La víctima, cuñada de los agresores, recibió varios golpes en la cabeza y hasta 61 puñaladas con un cuchillo de cocina, al que incluso se le rompió la hoja, tras ser asaltada el día 19 de abril de 2016 a una mujer en su vivienda de la localidad sevillana de La Rinconada.

En el auto, el magistrado considera que los hechos atribuidos a E.N.S., R.N.S. y F.J.M.R. pueden ser tipificados como un delito de asesinato «por la concurrencia de alevosía y ensañamiento, tal como sostiene el Ministerio Fiscal en su escrito de calificación obrante en autos, así como las acusaciones particulares», en el que reclama 25 años de prisión para cada uno de ellos: dos hermanas del marido de la víctima, que falleció de un ictus en diciembre de 2015, y el novio de una de ellas. Esa relación familiar ha hecho que este suceso sea bautizado como el crimen de las cuñadas. El juez señala que el órgano competente para enjuiciar este caso será el tribunal del jurado, que ahora tendrá que señalar fecha para este juicio.

Frente a la petición del Ministerio Fiscal, las defensas solicitaban el archivo de la causa para los acusados, pero el magistrado considera que «no concurre en la presente causa ninguno de los supuestos de sobreseimiento previstos» en los artículos 637 y 641 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal».

Para el juez instructor es evidentes que «existen serios indicios de la participación de los sujetos investigados» en la «muerte violenta” de la víctima», quien «recibió de sus agresores, en primer lugar, golpes en la cabeza y en los miembros superiores hasta caer al suelo para, a continuación, ser golpeada reiteradamente en el cráneo con un objeto contundente y apuñalada de forma repetida en la espalda y en el cuello; produciéndose así el acometimiento por varios atacantes, la imposibilidad de defensa de la víctima y el sufrimiento que habría de padecer ésta a consecuencia de las múltiples heridas generadas (habiéndose contabilizado hasta 61 heridas por arma blanca)».

Un «grave martirio»

Según indica el juez en el auto, los tres acusados «habrían acabado así con la vida» de la mujer, «atacando a su víctima de manera sorpresiva y encontrándose ésta en una clara situación de desproporción de fuerzas respecto de sus agresores, quienes no le dieron posibilidad ni oportunidad alguna de defenderse; asegurando así la muerte» de Anabel «sin riesgo para sus personas y sabedores del grave martirio a la que la estaban sometiendo para lograr el propósito final de acabar con su vida».

Varios testigos han relatado en la fase de instrucción, recuerda el auto, que vieron «cómo aquella mañana se personaron los tres investigados en el domicilio de la víctima, pudiéndose escuchar gritos desde el interior del domicilio («socorro, socorro, que me matan, ayudadme que me matan») y que inmediatamente se dejaron de oír más gritos, saliendo a continuación de la casa de la víctima –tras cerrarla con llave y comprobar que no les había visto nadie en el lugar–.

El auto también recuerda que entre la fallecida y sus cuñadas existían «desavenencias familiares desde largo tiempo», que habían sido generadas «fundamentalmente por la falta de aceptación» de que su hermano, «de raza gitana, se uniera sentimentalmente a una paya, que además tenía dos hijos de relaciones anteriores». «La educación y la custodia» de la hija en común de la pareja, que tiene actualidad cinco años, era también motivo de conflicto familiar.