Varios cientos de ciudadanos se han manifestado a las puertas del Ayuntamiento para protestar por la moción que será presentada por IU destinada a «promover un Estado laico y que separe la religión de la política». La propuesta, consensuada con la organización Sevilla Laica y que cuenta con el apoyo de Participa Sevilla, se debate este viernes en el pleno municipal y tiene como argumentos principales la negativa a que el Consistorio mantenga su presencia en acontecimientos religiosos, la oposición a que las autoridades eclesiásticas participen de la vida municipal, la elaboración de un censo de propiedades religiosas que estén exentas de pagar el IBI y evitar que se sigan poniendo nombres religiosos en el callejero.
Esto último ha llamado especialmente la atención de la ciudadanía que se considera «afectada» por esta propuesta, que se aferra al nomenclátor religioso de la ciudad. Por ejemplo, en redes sociales se ha esgrimido el caso de la calle Santa Ángela de la Cruz, dedicada a uno de los personajes más queridos de Sevilla. En el bando contrario hay quienes se oponen a que calles con nombres históricos sean renombradas con, por ejemplo, nombres de cofradías relativamente recientes.
La manifestación ha sido convocada a través de las redes sociales, aparentemente sin ningún colectivo detrás. Su carácter ha querido ser «silencioso», aunque se ha escuchado a los asistentes rezar el Ángelus a viva voz, al igual que un Padrenuestro «en desagravio por la oración blasfema» que se entonó hace unos días en un acto oficial de Barcelona.
Por su parte la Asociación Abogados Cristianos ha advertido este viernes que el Ayuntamiento de Sevilla cometería un delito de discriminación si acepta el callejero laico y aconfesional propuesto en una moción de IU y Participa Sevilla y ha subrayado que ese delito, recogido en el artículo 510 del Código Penal, se «agrava» si lo cometen funcionarios públicos y que está penado con penas de inhabilitación y prisión de hasta tres años.
En una nota de prensa, los abogados cristianos han incidido en que quitar las calles dedicadas a religiosos «por el mero hecho de serlo, es un delito de discriminación» y han señalado que la medida borraría del nomenclátor calles como Santa Angela de la Cruz.