El Pabellón del Futuro apura los plazos para reabrir en el 25 aniversario de la Expo 92

El espacio acogerá el Archivo General de la Junta tras unas obras de 2,2 millones que finalizarán “en diciembre de 2017 o enero de 2018”

16 ago 2016 / 13:25 h - Actualizado: 16 ago 2016 / 14:27 h.
"Patrimonio","Expo 92","María Jesús Montero"
  • Estado actual del interior del Pabellón del Futuro. / José Luis Montero
    Estado actual del interior del Pabellón del Futuro. / José Luis Montero
  • Estado actual del interior del Pabellón del Futuro. / José Luis Montero
    Estado actual del interior del Pabellón del Futuro. / José Luis Montero

La intención que la Junta de Andalucía mostró en febrero de este año de inaugurar su Archivo General en el Pabellón del Futuro de la Isla de la Cartuja en 2017, fecha en la que se conmemora el 25 aniversario de la Exposición Universal de 1992, marcha contrarreloj. La Consejería de Hacienda ha explicado que «actualmente se está elaborando el proyecto de ejecución con el objetivo de que la licitación se realice en el mes de septiembre. La previsión es que las obras finalicen en torno a diciembre de 2017 o enero de 2018.

La consejera de Hacienda, María Jesús Montero, visitó este miércoles el pabellón y explicó que se trata «de un edificio que va a cumplir con dos funciones muy importantes para 2017. Una de ellas es la conmemoración del 25 aniversario de la Expo 92», para lo que la Administración autonómica trabaja con el Ayuntamiento de la ciudad. La otra responde a la necesidad de «darle cobertura a un servicio básico: el servicio de archivo general de la Junta de Andalucía, que necesitaba un espacio nuevo».

Los datos principales eran conocidos desde febrero de este año. El coste de la adecuación será de 2,2 millones de euros y, cuando finalice la obra, en la planta baja se ubicarán el archivo histórico, talleres de restauración, el depósito de la biblioteca y otros depósitos para documentos más delicados, además de despachos administrativos y salas de reuniones.

La planta inmediatamente superior, de menor superficie y abierta hacia la planta inferior, tendría salas técnicas y algunos usos más anexos al archivo, como salas de informática y reprografía. Las dos últimas plantas del edificio se reservan para un uso «cultural y expositivo» independiente al archivo. Su objetivo será dar a conocer lo que el pabellón significó en el 92, incluido parte del contenido del propio pabellón que todavía se conserva.