Hasta el... ¿sábado del ‘pescaíto’?

La lluvia, intermitente, solo chafó los farolillos en una Feria ejemplar y que, si el sevillano desea, se transformará en 2017

Iñaki Alonso @alonsopons /
17 abr 2016 / 23:27 h - Actualizado: 18 abr 2016 / 09:04 h.
"Metro de Sevilla","Movilidad","Tussam","Lipasam","Fuerzas de seguridad","Feria de Abril 2016","Juan Carlos Cabrera"
  • Fuegos artificiales en la clausura de la Feria de Abril de 2016. / Pepo Herrera
    Fuegos artificiales en la clausura de la Feria de Abril de 2016. / Pepo Herrera
  • Las sevillanas fueron las protagonistas bajo una portada dedicada a la danza. / Pepo Herrera
    Las sevillanas fueron las protagonistas bajo una portada dedicada a la danza. / Pepo Herrera

Una Feria... como las de siempre, las de toda la vida. Tal vez la última que acoja un formato de lunes a domingo, si prospera la consulta popular impulsada por el Gobierno municipal y que, sin números por delante –este lunes hará un balance el alcalde, Juan Espadas–, apunta a ejemplar. Ni la lluvia, que asomó de manera intermitente en el inicio y el final, fue estorbo a un incremento de visitantes al Real. Sólo chafó los farolillos y una jornada de martes de Feria que se entendió como un leve reposo a los sevillanos para tomar la ciudad efímera en un miércoles festivo y, por ende, bullicioso. Hasta la inestabilidad posibilitó un fin de fiesta con algo más de gentío en las casetas, aunque fuera porque el camino a la playa –tan tradicional ya como la propia Feria– no fuera el más oportuno entre tanto nubarrón.

La lluvia sí afeó, al parecer, las expectativas de bares y restaurantes. Al menos así lo constató ayer la asociación de hosteleros, que estima una caída del 5 y al 10 por ciento en las ventas debido «al mal tiempo, pues ha habido varios días con mucha lluvia y frío». Miércoles fue su día grande –como el de todos– y martes y sábados los de echarse a temblar, según asevera esta asociación que sí reconoce que salvaron los muebles los negocios cercanos a la plaza de toros de la Maestranza.

El tiempo influye en esos números, pero no en el balance municipal. A falta de cifras concretas, el delegado de Movilidad, Seguridad y Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, calificó de «muy positivos» los resultados, con jornadas –sobre todo miércoles y jueves– en los que el transporte urbano (esto es, la flota de Tussam, incrementada para la ocasión; y la línea 1 del Metro) ha batido récord de usuarios. A eso se suma un aparcamiento del Charco de la Pava que este año sí que ha calado en el personal, con niveles de ocupación por encima del 80 por ciento en las horas punta.

Pero si hay un indicativo al que se agarra todo gestor es en la basura. A mayor consumo, mayor cantidad de residuos. Lipasam ha recogido más toneladas de basura que en la Feria de 2015, con especial incidencia en jornadas, como el miércoles festivo, donde el aumento fue del 15 por ciento. Tanto en residuos orgánicos como en vidrio. A ese repunte de recogida ha podido influir la batalla que se le ha plantado a la botellona tanto en el Real (portada y contraportada) como en las calles aledañas de Los Remedios, como Virgen de la Cinta, Virgen de la Antigua, Virgen del Águila, Fernando IV o Padre Damián. Cabrera señaló que se ha hecho un esfuerzo con un dispositivo formado por operarios de Lipasam, Policía Local y Policía Nacional, para realizar cuatro batidas cada madrugada con un doble efecto: por un lado, hacer limpieza del daño de la botellona en materia de suciedad y, por otro lado, de efecto disuasorio. Un ejemplo claro fue el lunes del alumbrao, donde un tercio de las denuncias formuladas por los agentes locales en el recinto ferial eran por consumir alcohol en la calle.

A eso se suma otra batalla: la venta de alcohol, tanto ambulante como en negocios. De lo segundo, hasta se ha precintado un supermercado por vender a menores de edad. De lo primero, el epicentro de la pelea ha estado en la calle Costillares, donde la Policía Local lidió con puestos ilegales que vendían alcohol sin autorización, interviniendo mesas y carritos de vino, refrescos, hielo y vasos de plástico. También se une la pelea contra la venta ilegal de tabaco, a la que se ha unido, por tercer año, la multinacional Phillip Morris, que ha hecho un estudio in situ para conocer el modus operandi de las redes de contrabando.

La seguridad, al igual que en Semana Santa, ha marcado la Feria. Los 1.500 agentes locales desplegados, incluidos patrulleros a pie por las principales calles del recinto de Los Remedios –que se repetirán en 2017–, parece que repercutió en un descenso en el número de riñas y lesiones, según fuentes municipales, que señalan que el incremento del número de controles de alcoholemia también ha traído consecuencias positivas, como un descenso en el número de positivos.

A todo ello, hay que incorporar que la Feria de 2016 se ha podido definir como la de la vuelta definitiva de los carruajes al Real. Los enganches han reverdecidos con jornadas que han rozado los 800 carruajes, cota que no se alcanzaba desde el año 2004.

Más datos de interés. Ya no se pierden tantos niños. La caseta habilitada para este menester en Gitanillo de Triana ha visto reducido los pequeños atendidos, debido al uso de móviles, a que la gente está más concienciada y a que se reparten cada año más pulseras. Así, si en 2015 se hizo un pedido de mil unidades que se agotó antes de acabar la Feria, este año se llevaban entregadas 1.400.

Todo en una fiesta tradicional que está a la espera de revolución. La avanzadilla se vio en el alumbrao, que no se limito al pulsado del botón y sevillanas, sino que se vistió de solemnidad con un espectáculo de danza y una niña, Carmen, como protagonista. Un aperitivo para una preferia que se antoja larguísima, con una consulta popular que establecerá cuándo arranque la Feria. Quién sabe si habrá que despedirse del Real hasta el... ¿sábado del pescaíto? Los sevillanos dictarán sentencia.