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Antonio Morera Vallejo recibe el premio en presencia del alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y del decano del Colegio de Ingenieros Industriales, Aurelio Azaña. / Fotos: Jesús Barrera -
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De izquierda a derecha, Tomás Lloret, Alejandro del Real, Aurelio Azaña, Antonio Morera, Juan Espadas y Rodolfo Martín Villa.
La valentía de actuar «con el corazón»
El presidente del Grupo Morera y Vallejo, Antonio Morera, es galardonado por el Colegio de Ingenieros Industriales por su contribución al desarrollo industrial de Andalucía
En estos tiempos que corren, triunfar no es tarea fácil. Sin embargo, para sacar adelante cualquier proyecto «hay que tener corazón y generosidad». Así se expresó el presidente del Grupo Morera y Vallejo, Antonio Morera, tras recibir el premio al Desarrollo Industrial de Andalucía, otorgado por el Colegio de Ingenieros Industriales de Andalucía Occidental en el Salón del Almirante del Real Alcázar de Sevilla. Morera, que lleva más de tres décadas dedicado al sector de los seguros, adquirió en 2013 el Grupo TPM y creó la nueva división Morera y Vallejo Industrial, especializada en la producción de plásticos para invernaderos y material sanitario.
Una decisión arriesgada en los años más duros de una crisis de la que aún perduran algunos coletazos. Aquello no fue un impedimento para el empresario andaluz, que se lanzó de lleno en una estrategia que traía consigo una apuesta por la industrialización de Andalucía. Quizá esta sea la mejor credencial que aporta Antonio Morera para que el Colegio de Ingenieros Industriales le conceda esta distinción, que «me compromete aún más», señaló.
A Morera le mueve «el compromiso por hacer que Andalucía sea lo que fue a principios del siglo XIX», tiempos en los que la región andaluza poseía uno de los más importantes tejidos industriales de la España de entonces. Para ello, el empresario hizo hincapié en que «con corazón y honestidad» se puede impulsar la industria. «En el momento en el que se transforme la riqueza, Andalucía se convertirá en una región imparable», destacó.
Hace unos días, este periódico publicó una entrevista al decano del Colegio de Ingenieros Industriales, Aurelio Azaña. Tanto él como Antonio Morera recordaron su titular: «Si los ingenieros se pusieran en huelga, el mundo se pararía». El primero advirtió: «Seguiremos trabajando para que el mundo no se pare». Por su parte, el segundo arengó a los ingenieros: «Como buenos caballos, los ingenieros estáis tirando del carro de la innovación».
Por su parte, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, lanzó un mensaje de unidad para abogar por «concentrar el talento y el conocimiento en un punto de este territorio» para «avanzar y progresar rápidamente». Asimismo, Espadas dijo «contar con los ingenieros» en su deseo de que «Sevilla sea un foco de innovación en el sur de Europa».
OTROS RECONOCIMIENTOS
El Colegio de Ingenieros Industriales también reconoció la labor de Alejandro del Real, que recibió el premio a Joven Ingeniero Andaluz, y de Tomás Lloret, que recibió el reconocimiento al Desarrollo de la Ingeniería en Andalucía, si bien fue su hijo, del mismo nombre, quien recogió el premio debido al estado de salud del veterano ingeniero.
El acto contó con la presencia de uno de los políticos clave en la Transición española Rodolfo Martín Villa, que hizo una radiografía de la España de hace 40 años y cómo la ingeniería industrial ha permitido un desarrollo de la sociedad sin precedentes en la historia contemporánea española.