Los vecinos de la Macarena alertan del riesgo de orugas al no tratarse los pinos

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
06 mar 2017 / 09:33 h - Actualizado: 06 mar 2017 / 09:50 h.
"Barrios","Distrito Macarena"
  • Pinos canarios de la calle Comandante Morales León, donde ya hay orugas procesionarias. / Fotos: El Correo TV
    Pinos canarios de la calle Comandante Morales León, donde ya hay orugas procesionarias. / Fotos: El Correo TV
  • Feligreses de la parroquia de San Felipe Neri con la reliquia del santo de la alegría que se expuso en este templo de la avenida de Pino Montano. Foto: El Correo
    Feligreses de la parroquia de San Felipe Neri con la reliquia del santo de la alegría que se expuso en este templo de la avenida de Pino Montano. Foto: El Correo

Los vecinos de Campos de Soria, en el distrito Macarena, temen que llegue el buen tiempo. No tanto por las altas temperaturas sino por la presencia de unos molestos inquilinos que habitan en los árboles del barrio: las procesionarias, unas orugas peligrosas para los niños y que puede ser mortal para los animales de compañía. La asociación de vecinos El Pinar exige al Ayuntamiento que busque una solución a este problema de convivencia que hace dos años creó una situación de alarma en el barrio al alcanzar la categoría de plaga.

«Ya vamos tarde. Deberían de haberse tratado en el mes de noviembre. Ya están criando las larvas en las copas de los árboles», lamenta Francisco Herrera, presidente de la asociación y de la intercomunidad de propietarios de Campos de Soria, que presagia lo que se le viene encima «El jardinero no quiere ni entrar a barrer, las madres evitan cruzar con sus hijos por aquí... Es que te cae una o te roza y te sale una roncha...». Los vecinos aseguran que estos espigados «pinos canarios» de la plazoleta de la calle Comandante Morales León «no son los más adecuados para estar entre las personas» y junto a las viviendas. «La del bajo tiene que tener cuidado porque se pasan a la fachada y se le meten en casa», alerta Rocío Galán, vecina de esta plazoleta. Como madre de dos hijos, insiste en la necesidad de buscar «una solución» a las procesionarias: «Esto es tremendo. Están por el suelo, las paredes... Tiene que haber alguna fórmula para que no vivamos con el miedo, pues no solo son las procesionarias: cuando hace viento, las ramas dan contra las fachadas y esto da miedo», apunta mientras recuerda que hay un centro de salud «muy próximo».

El arbolado también origina problemas en otros puntos del barrio, como en el solar que se usa de aparcamiento frente a la sede vecinal. «Es un eucalipto de casi 100 años que tiene ramas podridas. Hace poco cayeron y aplastaron a tres coches. Menos mal que no le dio a nadie», dice el presidente vecinal, que expuso este tema al alcalde Juan Espadas en una visita que hizo el 22 de febrero con la delegada a esta y otras barriadas. Otro sector vecinal también comentó a Espadas «el hundimiento de la calzada» a la altura de la parada del 12 y 16 en la avenida de San Juan de la Salle: «Cuando llueve, se hace un charco y el autobús tiene que parar en el centro de la carretera. Dijeron que lo arreglarían, pero han puesto dos parches de alquitrán. Eso no es la solución», concluye Joaquín Herrado.