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El veterano vecino Luis Montoto es la memoria viva del barrio desde su creación en los años 20. / El Correo
¿Por qué cree que el barrio del Cerro del Águila despierta tanta simpatía en toda la ciudad?
—Históricamente ha habido varias cosas que han motivado que el público ayude al barrio. Me refiero a casos concretos como el polvorín de Santa Bárbara en 1941. Sevilla entera se volcó con el barrio y con ayudar a sus vecinos. Hubo varios muertos, heridos y se destruyeron muchas casas. También hay que recordar las grandes inundaciones del Tamarguillo.
—¿Cómo ve actualmente el barrio?
—Antiguamente había más alegría y más animación. Hoy la animación la vivimos el Martes Santo con la salida de la cofradía: viene gente que lleva 20 o 30 años viviendo fuera. Esto es impresionante.
—Recientemente se ha creado una plataforma Por un nuevo consultorio en El Cerro del Águila que critica «la falta de espacio y de algunos servicios» en el actual ambulatorio...
—Sí, se ha forjado un movimiento ciudadano que exige un nuevo centro sanitario en la zona. De hecho se ha hablado de recoger firmas en enero... Al parecer hace unos días se han reunido las entidades de la zona con la Delegación de Salud para buscar posibles soluciones.
—¿Qué otras demandas tiene El Cerro del Águila?
—La limpieza, que está totalmente olvidada. No se limpia como debe en las calles trasversales del barrio. Rara no es la semana que los vecinos no tenemos que barrer nuestra propia puerta debido a la cantidad de hojas que se acumula en la acera. Además la recogida de naranjas suele ser tarde y eso genera un peligro porque se van cayendo y pueden provocar resbalones. También hay pasos de peatones totalmente borrados y son un verdadero peligro para todos.
—¿Ha mejorado el tema de la poda de los árboles?
—Lamentablemente no. Hay calles, como Virgilio Mattoni o Juan Talavera Heredia, donde las ramas entran por las terrazas y ventanas de las viviendas. Podan todos los años antes del Martes Santo las ramas que estorban a los pasos pero lo demás, nada. Se ha dado el caso de que algún vecino ha cortado la rama que entraba en su casa y lo han multado. Luego están los problemas de los alcorques vacíos o del arbolado de la calle Afán de Ribera. Al ser ejemplares de gran porte, levantan el acerado y hay que hacer obra cada cuatro años.
—Algunos vecinos han reclamado una parcela dentro del barrio para la Velá...
—La verdad es que sería lo suyo, pero ¿dónde? Bueno, habría que estudiarlo a fondo.
—¿Qué reclaman los placeros del mercado?
—Están pendientes una obra de pavimento. El Ayuntamiento quería hacerla ahora pero los placeros han logrado retrasarla al verano porque es cuándo menos estrago hace. También reclaman incentivos para potenciar las compras en el mercado tradicional.