Patrimonio sevillano en busca del ‘efecto Guggenheim’

El Ayuntamiento busca dar uso a 30 espacios singulares de la capital hispalense con el objetivo de «crecer hacia dentro»

23 may 2018 / 14:56 h - Actualizado: 23 may 2018 / 20:04 h.
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  • La antigua comisaría de la Gavidia, uno de los espacios singulares señalados por el Ayuntamiento. / Txetxu Rubio
    La antigua comisaría de la Gavidia, uno de los espacios singulares señalados por el Ayuntamiento. / Txetxu Rubio

El alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, apeló este miércoles a la gestión de 30 edificios del centro histórico de la capital hispalense para «crecer hacia dentro» y buscar, en lo posible, un efecto Guggenheim, en referencia a la benéfica transformación que supuso para la ciudad de Bilbao el museo del mismo nombre. Espadas hizo estas declaraciones durante la rueda de prensa de presentación de Horizonte Sevilla. Espacios singulares, una aplicación que recoge información detallada y global de estos inmuebles.

El delegado de Hábitat urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, comentó que «venimos trabajando en esta herramienta desde el principio del mandato, y estamos seguros de que va a suponer un antes y un después en la gestión de nuestros edificios singulares, permitiendo realizar un diagnóstico de manera pormenorizada y conjunta de estos edificios».

Según Muñoz, estos edificios observan «estados de conservación variopintos», así como diverso valor «histórico, cultural, religioso y patrimonial». Juntos suman «casi 125.000 metros cuadrados» de superficie, y una eventual tarea de rehabilitación del conjunto necesitaría un presupuesto de unos 111,3 millones de euros, sin contar puesta en uso ni equipamientos.

Así, el Ayuntamiento plantea 15 modelos de gestión pública, 12 serían público-privado y otros tres privados, teniendo en cuenta los tipos de usos propuestos, entre los que se encuentran ocho edificios que podrían albergar iniciativas culturales, siete para uso social, cuatro para equipamientos, otros tres podrían tener actuaciones ligadas al deporte, seis relacionadas con innovación y empleo y dos se dirigirían a usos terciarios. «Son solo propuestas», matizó el alcalde, «ya que nuestra intención es oír a la sociedad y a los posibles inversores».

Entre los edificios con uso cultural, Espadas propone ocho inmuebles, que necesitarían 35,5 millones para ser rehabilitados: el centro cultural en ejecución de la Fábrica de Artillería, los usos culturales o museísticos del Espacio Santa Clara, el futuro Museo Bellver en la Casa Fabiola, la Casa de los Poetas en la Casa Cernuda, el espacio de ciencia y cultura para el entorno del Casino de la Exposición, un centro de cultura y gastronomía en el mercado de la Puerta de la Carne, un centro de interpretación de las murallas de la Macarena en ese enclave y una iniciativa cultural ligada a la Exposición Iberoamericana de 1929 en el Pabellón Real.

Respecto al uso social, son siete inmuebles, proponiendo el desarrollo del Centro de la Mujer en el Centro Paterri, un centro de educación medioambiental en la Hacienda Miraflores, un centro de ocio alternativo juvenil en la nave Santa Bárbara, el Centro para la Memoria Histórica en el pabellón de ingreso de La Ranilla, un centro social de entidades en el Palacio del Pumarejo, el proyecto de interés social Escuela de la felicidad en la nave de la calle Campamento o el uso de la Torre La Unica por Radiópolis junto a otras acciones complementarias.

Respecto al efecto Guggenheim, Espadas confía en que Sevilla logre algo similar con la rehabilitación del cubo de Altadis, un proyecto «innovador y emblemático» con el que «si se es capaz de acertar, se tratará de uno de los focos más interesantes para las inversores y permitirá rehabilitar toda la parcela», concluyó.

Esta «gran apuesta» por la rehabilitación y puesta en uso «del mayor tesoro que tiene Sevilla» será, según el primer edil, «la base del Plan Estratégico 2030. Este gobierno quiere aprovechar las oportunidades que la Historia le ha dado a la ciudad. Queremos crecer hacia dentro, y eso sí que es sostenible. No es regalar el patrimonio, sino definir desde lo público qué queremos y buscar compañeros de viaje».