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En la recta final de la Feria de Abril predominan los cielos nubosos. / Pepo Herrera
A menos de 48 horas del final de la Feria de Abril de Sevilla las primeras gotas de lluvia han hecho su aparición este sábado en el recinto del Real para dar lugar a una de las escenas más temida por los asistentes: los paraguas desplegándose por debajo de los farolillos que adornan las calles.
La llegada de las precipitaciones -que si hoy son leves mañana descargarán con fuerza, según las previsiones- complica más de lo que parece la tarea de disfrutar de la fiesta, puesto que convierte el albero de las calles en terreno complicado para caminar y trae aparejados incómodos resbalones.
Durante toda la semana, sin embargo, los sevillanos han podido dar cuenta de una de las ferias con temperaturas más agradables de los últimos años e incluso frescas a primera hora de la mañana, momento elegido por muchos para terminar la jornada en los puestos de chocolate y buñuelos o churros, a gusto del consumidor.
En ese momento, cuando empiezan a verse las primeras luces del día y manda el relente de la madrugada, los mantoncillos que cubren los trajes de flamenca dejan de estar sujetos en los escotes de los vestidos para pasar a cubrir las gargantas de las mujeres, que a veces también echan mano de la chaqueta del traje de sus acompañantes para evitar algún que otro resfriado.
El sábado es tradicionalmente una jornada familiar en la Feria, el día en el que la llegada del fin de semana permite ver en las casetas muchos más niños que en días anteriores y una noche en la que los vestidos de flamenca dejaban paso antes a elegantes atuendos de calle, aunque en los últimos años esta costumbre se ha trasladado a la noche del “pescaíto” que abre la Feria.
Además es tradicionalmente el día en el que el perfil de los asistentes varía: mientras quienes viven en Sevilla y han exprimido al máximo la semana en el Real aprovechan para marcharse hacia localidades cercanas -sobre todo a la playa-, quienes llegan desde los pueblos de la provincia toman el relevo en las casetas.
Para el Ayuntamiento sevillano la feria que en las próximas horas termina ha sido “esplendorosa”, en palabras del concejal de Empleo, Economía, Fiestas Mayores y Turismo, Gregorio Serrano, quien ha asegurado hoy que “el resumen es que todo ha funcionado muy bien” y ha ensalzado la “magnífica labor” de los servicios municipales.
El Consistorio hispalense ha indicado que en la jornada del viernes se gestionaron 233 sucesos (de los 1.316 ocurridos desde el comienzo de la Feria), con 53 personas identificadas y 19 atestados, junto con la detención de un joven de 27 años por golpear la luna de un furgón policial y agredir a los agentes al ser detenido.
También se produjeron 38 intervenciones de venta ambulante (de un total de 159 en toda la Feria), se inspeccionaron 24 establecimientos (232 desde el pasado lunes) y se realizaron 205 pruebas de alcoholemia, cinco de las cuales resultaron positivas (por 777 desde el comienzo de la Feria, con 45 positivos).
Además se realizaron 195 asistencias sanitarias y se registraron 19 intoxicaciones etílicas (el día que menos se han producido, del total de 1.066 desde el lunes), mientras que se intervinieron, junto con Seprona y Consumo, 2,5 kilos de ortiguillas y 7 kilos de pastelitos, todo ello por falta de etiquetado.
Estos datos se completarán definitivamente este domingo, cuando los fuegos artificiales -si la lluvia lo permite- pondrán fin en la medianoche a una de las ediciones de mayor éxito de los últimos años de la Feria de Abril de Sevilla, que se refleja, por ejemplo, en el aumento en un 10 % del número de viajeros transportados por la empresa municipal de transportes, más de 840.000.