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El presidente de Usuarios del Parque Amate posa una de las zonas infantiles que carece de suelo homologado.
¿Qué motiva la creación de la Asociación de Usuarios para la Conservación y Dinamización del Parque Amate en 2015?
—No es para nada un movimiento político y, por supuesto, tampoco tiene detrás un interés económico. Nacemos fundamentalmente por la inquietud de muchos usuarios asiduos del parque que nos hemos vistos perjudicados socialmente día a día con la dejadez cronificada de nuestras instituciones en el rescate del Parque Amate, su mantenimiento y su dinamización.
—¿Qué se ha conseguido? El gobierno de Espadas se comprometió públicamente a recuperar este espacio...
—Bueno, se han realizado algunas cosas pero aún queda mucho por hacer. Hay que reconocer que ha cambiado la limpieza del parque: eliminando la maleza y adecentando la fuente central. También se ha instalado la primera fase de riego (que no ha supuesto ni la mitad de la superficie), colocado juegos de mantenimiento para mayores, varios bancos, y se ha echado albero en los caminos principales. Por cierto, que se ha hecho mal y ya hay zonas con socavones.
—Otra de las medidas fue la convocatoria de reuniones de seguimiento del parque...
—Sí, y al principio funcionaba bien. De hecho, nos hemos estado reuniendo trimestralmente hasta marzo. Han sido encuentros aleatorios y en estos momentos no hay ninguna previsión en el horizonte.
—¿Qué ha pasado?
—Pues no lo sabemos muy bien. No nos han convocado más. Estos encuentros son necesarios para tener un seguimiento de las actuaciones de conservación de este espacio, así como para corregir cosas que se han ido haciendo mal, como el albero. También para planificar actividades de dinamización dentro del Parque Amate: talleres, juegos... Propusimos un cine de verano que, como casi todo, ha quedado en el olvido. Hay dos mil propuestas posibles para darle vida, pero lo primero es poder contar con un sitio de reunión para las entidades ciudadanas.
—Se habló de las antiguas casetas prefabricadas de los jardineros...
—Sí, de hecho se realizó la obra de rehabilitación de este espacio. De eso ha pasado casi un año y continúan en desuso. La explicación que nos dan es que como robaron dentro hace unos meses, aún no está habitable.
—¿Qué otras necesidades tiene la zona?
—Solo existen dos fuentes de agua, que generalmente están rotas a causa de los actos vandálicos; y un solo servicio mixto en el parque y otro en el bar, que consideramos insuficiente porque viene mucha gente mayor. Las palmeras del pipican están minadas de ratas y los parques infantiles tienen columpios rotos. Sobre las fuentes, ya se puede afirmar que éstas han estado más tiempo en desuso que funcionando. Una pena.