A un paso del Parlamento autonómico, pero a un mundo de distancia en tantas cosas, el Día de Andalucía se ha celebrado también en el parque del Alamillo. En lugar de corbatas, pañoletas de scouts católicos llenaban los llanos y suaves lomas en los que habían plantado sus tiendas de campaña. Estaban allí para celebrar su festividad, San Jorge, pero también para participar de manera activa en los actos del Día de la comunidad. Un acto discreto, cortito, escasas palabras, globos verdes y blancos al aire, el himno andaluz y a trabajar. Porque el motivo central del día era la plantación de 150 pequeños pinos piñoneros. Los scouts, y otros usuarios del parque, han sido los encargados de irlos colocando en su preceptivo agujerito, que ellos mismos han cavado.
¿Por qué se les encargó a unos niños? La presidenta de la Asociación de Amigos del Parque del Alamillo, Elena de Marcos, apunta una respuesta: «Porque dejan ahí un testigo. Ellos sí los podrán ver grandes, nosotros quizás no». El director del parque del Alamillo, Manuel Campuzano, aclara que, «con el suelo tan bueno que hay en el parque, de los mejores de España, y el riego que hacemos aquí, tienen unos crecimientos enormes. Pero claro, enorme para un pino es 25 años para que se vea un árbol con un porte considerable». Los plazos de la naturaleza, que acostumbra a ir a su aire.
Con esta plantación se culmina el compromiso al que llegó la Junta después de retirar –apear, por usar su lenguaje- 620 árboles a finales del pasado mes de mayo. Nadie protestó entonces, porque el estado de los pinos, que se habían vuelto peligrosos, no dejaba otra alternativa. Y poco a poco comenzó la repoblación. En octubre se plantaron 25 pinos y hace poco se añadieron 150 árboles, aunque de otras especies: almeces y fresnos. Estos 150 pinos piñoneros rematan la prometida replantación. No suman, es evidente, 620, pero no es necesario. Campuzano ha explicado que la enorme masa verde del parque justifica que no se repongan todos ejemplares que desaparecieron hace unos meses.
El director general de movilidad de la Junta de Andalucía, Rafael Chacón, también se sumó a la fiesta, e insistió en que esta fecha es «un día de celebraciones, desde el punto de vista cultural, pero también medioambiental. Andalucía es una comunidad muy rica desde este punto de vista. Que los chavales, desde pequeños, aprendan a cuidar su patrimonio medioambiental es muy importante, y recordarlo un 28 de febrero, pues también».
Tomado como estaba el parque por los alrededor de 3.500 scouts católicos que acudieron hasta allí, tenía también su hueco más que justificado Josechu Rodríguez, presidente de los scouts católicos de Andalucía. Apuntó que su colectivo insiste en «ver en la naturaleza la gloria de Dios y en cuidar mucho de ella» y aprovechó para destacar el impecable estado del parque. «A los scouts les animo a que tomen nota de cómo se hacen bien las cosas», apuntó. Poco más había que decir. Comenzaba la plantación.