Una herramienta de trazo fino para acabar con la hepatitis C

Javier Ampuero y Manuel Romero, del Virgen del Rocío, crean un algoritmo que permite cribar mejor los beneficiarios de los antivirales de acción directa

21 mar 2018 / 18:13 h - Actualizado: 21 mar 2018 / 18:14 h.
"Sanidad","Salud pública"
  • Javier Ampuero y Manuel Romero, miembros de la UGC de Aparato Digestivo del Virgen del Rocío. / El Correo
    Javier Ampuero y Manuel Romero, miembros de la UGC de Aparato Digestivo del Virgen del Rocío. / El Correo

Las tasas de curación de la hepatitis C han experimentado en los últimos años un espectacular avance de la mano de los antivirales de acción directa tales como el daclatasvir o la combinación de sofosbuvir y ledipasvir, que permiten ya sanar a más del 95 por ciento de los pacientes infectados cuando hace unos años no se superaba el 50 por ciento. El control de esta enfermedad del hígado es ya un hecho dado que el número de nuevos casos es inferior al de personas curadas, y el reto actual es eliminarla, esto es, que el tratamiento alcance al cien por cien de los pacientes.

Un objetivo que ha servido de estímulo a los doctores Javier Ampuero y Manuel Romero, miembros de la Unidad de Gestión Clínica de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Virgen del Rocío e investigadores del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS), para la realización de un estudio pionero que utiliza un algoritmo llamado HepCom con el que cribar mejor los beneficiarios de estas terapias y lograr, así, maximizar los resultados en salud.

La idea surgió cuando el doctor Ampuero observó con frustración cómo fallecían dos pacientes que seguían el tratamiento a causa de otras enfermedades crónicas que padecían –una fibrosis pulmonar y una afección renal, respectivamente–, haciendo inútil el esfuerzo contra la hepatitis C. «Muchas veces no vemos al paciente en global con todas las enfermedades que pueda tener sino que vamos muy focalizados a lo nuestro y pensé que necesitábamos valorar a la persona de forma integral además de cómo esté el hígado», explica. Una perspectiva que encandiló a su colega Manuel Romero, además coordinador del área de enfermedades hepáticas, digestivas e inflamatorias del IBIS.

RESULTADOS EN SALUD

«Lo que más me gustó de la idea y del trabajo que proponía Javier era mirar resultados en salud. Teníamos unos tratamientos inimaginables hace diez años, una sola pastilla que no produce efectos adversos y cura a prácticamente todos los pacientes. Y cuando uno está manejando un tratamiento tan fantástico tiene que gestionar también las expectativas. Si te llega un paciente que lleva 30 años con la hepatitis C y de repente le dices que después de tanto tiempo ahora le vas a dar una pastillita al día que en tres meses le va a curar, sus expectativas y las de su familia pueden ser enormes y hay medirlas. Porque resulta que si esa persona tiene una enfermedad del corazón, del riñón, del cerebro o de cualquier otro órgano que se la va a llevar por delante, ya no tiene ningún interés lo de la hepatitis C», razona Romero.

Con esta premisa, ambos lideraron el estudio mediante el desarrollo de una herramienta, el índice HepCom, que «incluye la escala de comorbilidades, la edad y tres parámetros de lo que es la función del hígado: proteínas, coagulación y bilirrubina. Lo metemos todo en una coctelera y nos da un resultado, de tal manera que puede haber un paciente que con 60 años esté peor y tenga una expectativa de vida menor que otro con 80 años. Sería trazar de forma más fina el perfil del paciente para maximizar el beneficio del tratamiento», resume Javier Ampuero. A lo que Romero añade: «Se trata de tomar decisiones en función de ese análisis conjunto de todos estos parámetros».

CASI DOS MIL PACIENTES

Para el estudio se inscribieron cerca de dos mil pacientes: 1.105 de hospitales andaluces (Sevilla, Córdoba, Málaga, Marbella, Huelva y Granada), que sirvieron para el desarrollo del modelo, y 786 del resto de España (Barcelona, Madrid, Valencia, Santander y Albacete) para la validación del mismo. A todos ellos se les hizo seguimiento durante 24 meses, hasta octubre de 2017, observándose que un 3,4 por ciento (65 de 1.891) murieron durante el primer año y un 5,4 por ciento (102) durante el estudio, lo cual les sirvió para la detección de un grupo de alto riesgo de mortalidad.

El artículo se ha publicado recientemente en Journal of Hepatology, la revista de máximo impacto de la especialidad en Europa. Y lanza un claro desafío: «Curar a todos los pacientes que tenemos identificados e identificar a la mayoría de los pacientes creo que es un objetivo irrenunciable», asegura Romero.

«ES COMO UNA CERRADURA PARA LA QUE TENEMOS LA LLAVE»

La evolución de las terapias para combatir la hepatitis C ha sido fulgurante: «Es algo de verdad para escribir un cuento», señala entusiasmado Manuel Romero, que repasa los hitos de esta enfermedad: «En el año 1989 no se conocía el virus, se descubre en septiembre de ese año; en el año 2000 ya nos dimos cuenta de que es la principal causa de enfermedad hepática; en 2010 se sabía que era la principal causa de cirrosis, de cáncer, de trasplante hepático... Y en 2015 se pone en marcha un tratamiento con una pastilla al día entre 8 y 12 semanas con una tasa de curación por encima del 95 por ciento». Los beneficios de los antivirales de acción directa son extraordinarios: «Miles de pacientes tratados, tolerancia excelente, tasa de curación cercana al 100 por cien. Es un regalo, va a ser muy difícil que en la historia de la medicina se repita algo parecido», recalca.

El doctor Romero explica que esto se debe a que «conocemos muy bien la estructura del virus, que tiene cuatro proteínas que necesita para vivir, y si no, no puede reproducirse. Y estos fármacos van directamente contra esas proteínas, es como una cerradura para la que tenemos la llave, hace clac y se acabó el virus». Un reto es hacer universal el acceso a estas terapias, aunque Javier Ampuero asegura que «desde junio o julio del año pasado se trata en Andalucía a todo el mundo que llega a la consulta», a lo que Romero agrega: «Hemos ido primero a tratar a todos los pacientes con fibrosis avanzada y luego a los que tenían fibrosis moderada. Y ahora vamos a intentar eliminar la enfermedad». Lo que, además, se ha comprobado que reduce las comorbilidades (diabetes, riesgo cardiovascular...).

QUEDAN POR TRATAR ENTRE 10.000 Y 15.000 PACIENTES EN ANDALUCÍA

El doctor Manuel Romero calcula que en Andalucía «podemos tener entre 30.000 y 40.000 pacientes con hepatitis C, mientras que en España serían en torno a 200.000. Y ya hay 100.000 tratados con los nuevos tratamientos. En Andalucía estaríamos entre los 20.000 y los 25.000, con lo que nos quedarían 10.000-15.000 por tratar». A su juicio, se trata de «una enfermedad que es abordable, los precios han bajado mucho, antes eran absolutamente indignos y una canallada. Ahora siguen siendo caros pero 20 veces más barato, de manera que podemos tratar a 20 personas por lo que antes costaba una», esgrime.