De la marcha de Padilla y algo más

El anuncio de la retirada del Ciclón de Jerez ha sido la noticia más relevante de una semana taurina en la que también se habló de literatura. Perera, que emulará a Ignacio Sánchez Mejías, se ha implicado en la conmemoración de la Generación del 27

28 nov 2017 / 10:41 h - Actualizado: 28 nov 2017 / 10:45 h.
"Observatorio taurino"
  • Padilla anunció su marcha el pasado viernes en el hotel Colón. / EFE
    Padilla anunció su marcha el pasado viernes en el hotel Colón. / EFE

Una hermosa historia de superación

Juan José Padilla había conseguido lo que parecía imposible: dar la noticia de su adiós en primera persona y sin una sola filtración. Todos y cada uno de los medios congregados el pasado viernes en el hotel Colón desconocían la definitiva razón de esa convocatoria apresurada aunque casi todas las quinielas apuntaban a la despedida. El adiós ya no se podía demorar demasiado y el torero lo sabía. El Ciclón de Jerez había relanzado una carrera declinante a raíz de aquel horrendo percance de Zaragoza. Ya se han cumplido seis años: un mínimo hilo separó la vida de la muerte pero sirvió de agarradero del torero y el hombre, protagonista de una hermosa historia de superación taurina y personal que restauró algunos valores olvidados. Padilla se había zafado de su decadencia profesional para entrar en carteles y estoquear ganaderías que sólo había podido soñar hasta entonces. La Puerta del Príncipe de 2016 fue la guinda de esa nueva vida, simbolizada en el parche y la bandera pirata que afianzó su condición de personaje popular. Pero la cuerda ya no se podía estirar más. Padilla ha tomado la decisión correcta. Se dará una nueva vuelta a España y volará a América a favor de obra para escuchar las últimas palmas. No será el primero ni el último que lo haga. Padilla no fue un esteta pero superó sus carencias y afianzó su condición de ídolo de masas. Posiblemente era un personaje necesario. A su forma y a su modo, se ha labrado su propio hueco en la historia. Se le desea lo mejor sin el traje de luces.

‘Revival’ y memoria de la Edad de Plata

Ha sido otra de las noticias relevantes de la semana taurina que quedó atrás. El 90 aniversario de la generación literaria del 27 contará con su propio revival, alentado por Miguel Ángel Perera y estructurado por la cátedra Sánchez Mejías de la Universidad Hispalense. El matador extremeño emulará a Ignacio Sánchez Mejías como catalizador de este nuevo encuentro entre el toro y el mundo de la cultura del momento que refrescará la historia en los mismos escenarios en los que aconteció: el Ateneo de Sevilla y el cortijo de Pino Montano. La idea merece todos los elogios y nos sirve para evocar aquel tiempo luminoso -la Edad de Plata- que colocó al toreo a la altura de otras artes y vanguardias. Eso sí, en algunos corrillos no se ha dejado de mostrar cierta extrañeza por la ausencia del nombre que habría ilustrado mejor esta iniciativa. Es ese que usted está pensando ahora mismo.

En la séptima ‘Oreja de Oro’ de Ponce

El maestro valenciano permanecía empatado con Espartaco. Ambos detentaban seis Orejas de Oro en sus vitrinas que certificaban su rango de mandones y la primacía profesional que detentaron en sus respectivas épocas. El caso es que la época de Ponce, caso único en la historia del toreo, aún no ha concluido. El maestro valenciano se mantiene fresco, competitivo y en plena forma después de 28 temporadas como matador de toros. Ha sido el mejor de 2017, pasando por encima de las figuras más encopetadas y de los paladines más ambiciosos; superando su propio y lógico desgaste. Esa asombrosa regularidad en el triunfo la ha trufado con su capacidad para abrir nuevos registros de una tauromaquia que ha ido ganando en poso y expresión sin perder poderío. Para qué vamos a negarlo: la incontestable temporada de Ponce ha marcado la diferencia y se ha alzado con el preciado trofeo de Radio Nacional de España con todo merecimiento. El maestro de Chiva, que sigue navegando a todo trapo en las ferias americanas, afrontará la próxima temporada europea como si fuera la primera. Ponce ya está más cerca de los 50 que de los 40 y pronto cumplirá 30 años de matador. No se le adivina techo; no ha hablado de retirada y ya ha dejado algunos rivales en el camino...