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El torero Miguel Angel Perera, durante la corrida de toros celebrada en la Feria de Colombinas de Huelva. EFE/Julián Pérez
Huelva: desde Cristóbal Colón a Borja Prado
El lance merece ser recordado. Era la segunda tarde de la feria de Colombinas, la feria choquera que evoca la partida de Cristobal Colón hacia un viaje incierto desde el cercano -y desaparecido- puerto de Palos. Han pasaso 525 años desde aquel periplo que cambió la historia del mundo y el pasado viernes se lidiaba una corrida de Torrealta en el coso choquero de la Vega Larga. La vacada es propiedad de Borja Prado Eulate que, verbigracia, es descendiente directo del descubridor de América. Tal como fue otro ilustre antepasado, el mítico duque de Veragua, también es ganadero de reses bravas. Degenerando -diría Belmonte- llegó a ser presidente de Endesa. Pilar Prado Benítez, su hija, es la actual y entusiasta representante de la ganadería. El hierro de Torrealta quiso unirse a la efemérides echando un soberbio corridón de toros en el que hubo un ejemplar de vuelta al ruedo y otro que mereció ser indultado. Enhorabuena.
De los vaivenes de una extraña temporada
La inoportuna y peligrosa lesión de cervicales de José María Manzanares le ha apeado del viaje de la temporada. Al menos de momento... las sustituciones del ancho hueco dejado por el alicantino comienzan a ser atendidas con distinta fortuna revelando el sentido, sensibilidad y visión de futuro de las distintas empresas. El aficionado que conoce el paño, ésa es la verdad, sólo pensaba en Antonio Ferrera. En El Puerto acertaron de pleno al colocar su nombre en la nocturna del pasado viernes. El matador extremeño volvió a marcar la diferencia con una faena de alto diapasón artístico que acompañó de un gesto de torero y de hombre: se negó a salir a hombros en respeto a su compañero. Al día siguiente habría caído de pie en el tercer festejo de las Colombinas pero el encaje de Talavante fue tan funcionarial como la temporada que está cubriendo el mozo.
Conocer España: “ni la madre que la parió...”
La frase, ya lo saben, la acuñó Alfonso Guerra hace más de tres décadas y media sin poder aventurar su definitivo poder profético. El caso es que vivimos dando vueltas a una torre de Babel en la que Gema Igual, alcaldesa de Santander, se deshace en elogios televisivos a la pujanza taurina de la capital cántabra y lo que es más importante, alaba el beneficio económico directo que la feria reporta a su elegante ciudad. Pero la cosa va por barrios o, mejor dicho, por partidos. Y hay uno, el PSOE, que podría estar dispuesto a vender la cabeza del toreo por treinta monedas para financiar su viaje a ninguna parte de la mano de los podemitas y sus cuatrocientas marcas blancas. Cristina Narbona, presidenta de la formación, se ha atrevido a ponermos fecha de caducidad. Seguramente ha olvidado que su padre, el periodista sevillano Francisco Narbona, fue un acreditado investigador de la historia del toreo. Qué lejos quedan aquellos tiempos bizarros en los que el mentado Guerra -actual jarrón chino del aggiornamento socialista- fletó un mystère del ejército para no perderse a Curro Romero en su Pascua sevillana. Lo dejamos ahí y echamos la persiana para tomar nuevos bríos. Sólo serán dos semanas. Este Observatorio retornará puntual a su cita el próximo 29 de agosto pero un día antes prometemos una página especial en coincidencia con el 70 aniversario de la cogida mortal de Manolete. Ginés Marín, por cierto, evocó su memoria ciñéndose en El Puerto el mismo capote de lujo que llevó el monstruo cordobés en la trágica tarde de Linares. Se lo prestó Álvaro Domecq Romero. Su padre, el gran caballero de Jerez, veló la agonía del califa en la ciudad minera. Pero Manolete no amaneció al 29 de agosto.... Lo dicho; pronto estaremos de vuelta. Seguro que tenemos muchas cosas que contarles. Les pedimos un favor: no dejen de ir a los toros estos días.