Victorino Martín: lección magistral en el Senado

El ganadero ha comparecido ante la comisión de Cultura de la cámara alta en su condición de presidente de la Fundación del Toro de Lidia

23 ene 2019 / 12:10 h - Actualizado: 23 ene 2019 / 12:16 h.
"Toros"
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Victorino Martín ha marcado una raya después de comparecer ante la Comisión de Cultura y Deporte del Senado. No se trataba de defender la fiesta de los toros una vez más frente a los ataques abolicionistas. No era ésa la estrategia. La pretensión del ganadero de Galapagar iba más allá: se trataba de dar a conocer la verdadera trascendencia de una fiesta milenaria que hunde sus raíces en la génesis de la cultura ibérica. El prestigioso criador de bravo, además, huyó del manido debate a favor o en contra de la Tauromaquia para formular algunas preguntas trascendentales denunciando la dictadura del pensamiento único y a los supuestos guardianes de la moral.

Victorino habló del toro bravo como “la imagen más reconocida de España en cualquier punto del planeta” además de “uno de los tesoros genéticos de nuestro patrimonio” y enarboló el estandarte de cultura del toro más allá de su lidia reglada en la plaza, diversificada en todas las manifestaciones que “vertebran desde hace siglos nuestro territorio”.

Pero el ganadero terminó de abrir fuego abordando la relación de los hombres y los animales a través de una batería de preguntas. “¿Cómo debe ser esa relación?”, se interrogó Victorino contestando que “nuestra cultura, nuestra civilización, se ha construido desde el dominio del ser humano sobre otros actores con los que compartimos planeta: objetos inanimados, plantas y animales”. A partir de ahí, trazó un recorrido por la propia evolución humana partiendo de una premisa irrebatible: “El homo sapiens inicia su espectacular historia de éxito en el momento en el que comienza a dominar tanto las plantas como los animales”.

Desde ese punto, el ponente puso sobre la mesa otra certeza y es que el ser humano “usa los animales”. Esos usos, explicó Victorino, abarcan desde las necesidades alimentarias más primarias hasta la alta gastronomía destinada a proporcionar un mero deleite. Pero los animales, recordó el ganadero, también se usan para vestirnos y hasta para satisfacer nuestros caprichos “en forma de exquisitos bolsos, cinturones, chaquetas o zapatos” además de entretener nuestro ocio.

El presidente de la Fundación del Toro, reconoció y defendió “una serie de deberes éticos con los animales”. Esos deberes pasan por el cuidado de las reses en las dehesas, “hasta que mueren en la plaza, en el marco de un rito centenario, rodeado de respeto y admiración” según apostillo el ponente que aludió al “desconocimiento más absoluto” o “la mentira maliciosa” para revocar el argumento de la gente pueda acudir a una plaza de toros “para disfrutar del sufrimiento”.

Pero había que seguir ahondando en las raíces del universo taurino, más allá de su condición de mera afición. “Son una parte consustancial de la propia esencia de muchos de nosotros”, afirmó el criador citando al filósofo Fernando Savater: “el hombre necesita del arte, de los ritos, para crear mecanismos contra la muerte, bálsamos contra la evidencia de nuestro destino”. “Quizá sea esta una explicación al misterio del toro”, puntualizó Victorino.

Pero el presidente de la Fundación del Toro no tuvo reparo en pisar otros charcos de la vida contemporánea, de una sociedad divorciada de la muerte, la vejez, la enfermedad y el dolor. Frente a esta deriva, “la corrida y las demás expresiones de la tauromaquia sostienen una visión integral de la vida”, sostuvo el ponente añadiendo que “toros no son un espectáculo de muerte, sino de exaltación de lo que somos: confrontamos la muerte para sentirnos vivos”.

A partir de ahí llegaron nuevas preguntas: ¿es necesaria la tauromaquia? “Pues, no estoy muy seguro”, se contestó el propio ganadero antes de lanzar nuevos interrogantes... ¿Es necesaria la danza? ¿Es necesario el teatro? ¿Son necesarias las diferentes expresiones culturales? ¿Podríamos haber avanzado como especie sin la pintura cubista o sin la música rock? ¿Son necesarios Goya, Falla o García Lorca? “Quizá podríamos haber existido sin alguna de estas cosas. Seguramente. Pero indudablemente el mundo sería un lugar mucho más pobre. Como sería más pobre el mundo si no existiera la tauromaquia”, añadió.

Victorino también se refirió a la destrucción de algunas expresiones de la cultura y la historia como los Budas de Bamiyán en Afganistán por parte de los talibanes. “Los bombardearon porque alguien decidió que aquellas estatuas milenarias eran contrarias a la moral”. La situación es extrapolable al mundo del toro: “destruyeron un patrimonio cultural de todos, por la única razón de que a algunos les pareció inmoral. Esto, ni más ni menos, es lo que algunos están pretendiendo con la tauromaquia”.

El ganadero fue finalizando su intervención haciendo un canto al toro como tótem ibérico, incidiendo en sus valores culturales y su internacionalidad. “La tauromaquia, señorías, es el regalo cultural de España a la humanidad” remachó Victorino pidiendo a los senadores que sean “dignos representantes de su pueblo y luchen por la tauromaquia, con orgullo, como patrimonio cultural común de la humanidad”.