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Zozulia, durante un entrenamiento del Betis. / M. Gómez
El delantero Roman Zozulia ha trabajado este miércoles en el gimnasio de la ciudad deportiva del Real Betis, a la espera de que todas las partes afectadas por su cesión fallida al Rayo Vallecano por la presión de los aficionados rayistas adopten una decisión sobre el futuro del punta ucraniano. Zozulia ha contado con el permiso del Rayo Vallecano para ejercitarse con el Betis y ha hecho trabajo físico en el gimnasio junto a los tocados de la plantilla verdiblanca. No es descartable que si la situación se alarga en el tiempo, el jugador empiece a entrenarse con el grupo.
Zozulia se ha puesto el mono de trabajo después de una semana en la que ha estado inmerso en una polémica derivada de la oposición de la afición del Rayo a su cesión hasta final de temporada por parte del Betis, lo que ha frustrado la operación hasta el momento y hecho que las partes busquen una salida. Esta salida debería satisfacer al club que cede, al que recibe al jugador y al propio Zozulia, que ha pasado los últimos días en negociaciones a muchas bandas -AFE, LaLiga y los clubes- para armonizar asuntos como su derecho constitucional al trabajo y la seguridad de su propia familia, además de saber quién le va a pagar el sueldo.
El agente del jugador, José Lorenzo, casi descartó el pasado lunes que Zozulia vaya a jugar como cedido en el Rayo Vallecano «si el ambiente social que se respira en Vallecas no cambia»; mientras Javier Tebas, presidente de LaLiga, ha anunciado que se querellará contra los 17 hinchas del Rayo identificados como partícipes en las amenazas al jugador cuando fue a entrenarse a la ciudad deportiva del equipo vallecano.