Energía

España y Francia estudian una “ruta marítima alternativa” que lleve el hidroducto BarMar por la costa

Los operadores de gas de ambos países valoran una opción distinta a la prolongación del tubo a 2.600 metros de profundidad como se anunció en un inicio

España y Francia estudian una “ruta marítima alternativa” que lleve el hidroducto BarMar por la costa

España y Francia estudian una “ruta marítima alternativa” que lleve el hidroducto BarMar por la costa

Sara Ledo

Sara Ledo

España y Francia valoran una “ruta marítima alternativa” para llevar el hidroducto BarMar, que unirá Barcelona con Marsella, por la costa, en vez de a través de aguas profundas, como se había anunciado en un principio. Así lo ha desvelado este jueves Jean-Marc Brimont, jefe de desarrollo de negocios internacionales de GRTgaz, uno de los dos operadores de gas franceses socios de Enagás en el proyecto H2Med.

La interconexión entre Barcelona y Marsella fue anunciada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su homólogo francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro portugués, António Costa, en plena crisis energética como un tubo submarino entre las dos ciudades, enterrando, así, el polémico proyecto nonato del MidCat, que atravesaría los Pirineros, así como el brevísimo planteamiento surgido tras la guerra para unir Barcelona y Livorno (Italia).

Con una longitud de 450 kilómetros de longitud, capacidad para transportar hasta 2 millones de toneladas de hidrógeno renovable y una estación de compresión ubicada en Barcelona, la citada infraestructura se diseñó para que se prolongara a 2.600 metros de profundidad en el Mar Mediterráneo, pero ahora los operadores franceses Terega y GRTgaz y el español Enagás valoran la posibilidad de realizar el trazado “a lo largo de la costa española y francesa”, según ha anunciado Brimont.

“En el BarMar hemos iniciado nuestra primera fase de estudio para evaluar cuál de las dos rutas es mejor para el proyecto. Es un hito importante, que supone una inversión significativa por nuestra parte y demuestra que el proyecto está realmente bien definido”, ha añadido Brimont.

La interconexión entre Barcelona y Marsella ha finalizado lo que se denomina fase de "ingeniería conceptual" y se adentra ahora en los primeros pasos de la fase de "ingeniería básica", que implica determinados procedimientos administrativos relacionados con permisos, consultas públicas y evaluación de impacto. Para llevar a cabo esos estudios, el proyecto ha solicitado ayudas al fondo Connecting Europe Facility de la Unión Europea, después de que la Unión Europea lo incluyera en la lista de 166 proyectos estratégicos que podrían recibir en el futuro financiación europea.

La conexión marítima entre España y Francia se une otra de unos 248 kilómetros entre las localidades de Celorico da Beira, en Portugal, y Zamora, en España. Entre las dos interconexiones se necesitará una inversión estimada en unos 2.500 millones de euros, de los cuales 2.135 millones corresponden al tubo del noreste peninsular y otros 350 millones de euros a la conexión oeste. Y ambas forman parte, a su vez, del proyecto H2Med, que con 5.500 kilómetros de red planea transportar hidrógeno verde de Portugal a Alemania y que se espera que esté en funcionamiento en 2030.

Interés potencial

El anuncio de Brimont sobre una nueva ruta alternativa para el BarMar ha tenido lugar durante una sesión informativa de la consulta pública (‘Call for Interest’) no vinculante que se ha abierto este jueves 7 de noviembre hasta el próximo 18 de diciembre para conocer el interés real, de productores, consumidores y comercializadores, en el hidrógeno verde a lo largo de los cuatro países (Portugal, España, Francia y Alemania).

El objetivo de la consulta es tener una idea “precisa” de las necesidades para justificar la construcción de la citada infraestructura. Y para ello, los cuatro países han pedido a las empresas interesadas en participar en un futuro mercado de hidrógeno conocer no solo su capacidad potencial de producción o consumo, sino también dónde se ubican los proyectos, el tipo de sector al que se dirigen, los corredores internacionales que utilizarían o el periodo de los potenciales contratos, entre otras cuestiones.

“El secreto del tubo es la escala. No son importantes solo los volúmenes, sino también cuándo llegarán porque este corredor actúa como catalizador sobre dónde estarán los mercados y las capacidades de producción y consumo en el futuro”, ha aclarado el representante de la operadora portuguesa REN, Pedro Furtado. El resultado se conocerá a principios del año que viene, para entre 2025 y 2026 poder iniciar la consulta vinculante que culmine con la formalización de acuerdos.

Los cuatro países han realizado consultas internas previas para conocer sus propias capacidades, que ahora se requiere que se plasmen en este test transnacional. En el caso de España, el sondeo anterior afloró en una capacidad de producción de 3 millones de toneladas en 2030 para una demanda doméstica de unos 1,3 millones de toneladas y unas exportaciones de entre 1,5 y 1,7 millones de toneladas, según recordó la directora general de transición energética de Enagás, Natalia Latorre.  

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