DANA

4.100 millones en infraestructuras y vivienda para empezar la reconstrucción en Valencia

El paso de la DANA afectó a 33.000 viviendas y a 54.212 hectáreas en Valencia

Una máquina trabaja en la reparación de las vías del tren de Alfafar, donde permanecen vehículos apilados tras el paso de la DANA, a 7 de noviembre de 2024, en Alfafar, Valencia, Comunidad Valenciana (España). El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha public

Una máquina trabaja en la reparación de las vías del tren de Alfafar, donde permanecen vehículos apilados tras el paso de la DANA, a 7 de noviembre de 2024, en Alfafar, Valencia, Comunidad Valenciana (España). El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha public / Alejandro Martínez Vélez - Europa Press

Hace dos décadas, en 2002, el centro de Europa sufrió la peor riada del continente. Las crecidas de ríos como el Elba o el Danubio causaron daños materiales por valor de 15.000 millones de euros entre Alemania y Croacia. Ahora, las consecuencias del paso de la DANA por la Comunidad Valenciana ya se sitúan en la segunda posición de mayores catástrofes naturales de Europa y todavía se desconocen las cifras completas de pérdidas.

En el ámbito de las infraestructuras sí se saben los daños: más de 80 kilómetros de carreteras de titularidad del Estado están afectadas, entre ellas la A-7 y la A-3; otros 80 kilómetros de las líneas C1, C2 y C3 de Cercanías son "irrecuperables", en palabras del ministro de Transportes, Óscar Puente; y la línea de alta velocidad entre Madrid y Valencia estará interrumpida por al menos dos semanas hasta que se restauren las vías. A estos daños se unen otros, como las conexiones por metro o los ferrocarriles de la Generalitat, además de los cientos de coches siniestrados que se han convertido en barreras infranqueables en calles y carreteras.

Reparar o reconstruir

Todavía no existe una cifra cerrada, pero las primeras estimaciones del ministerio de Transportes de este lunes 4 de noviembre cuantifican en 2.600 millones de euros la inversión necesaria para restaurar la zona afectada y recuperar tanto la movilidad como las infraestructuras básicas de la provincia de Valencia.

Las principales constructoras del país se han movilizado para ayudar en la "zona cero". El grupo FCC trabaja en reconstruir los puentes de la CV-33 mientras que Convensa es la empresa responsable de la limpieza de la línea ferroviaria C3 entre Valencia y Buñol. ACS, a través de Dragados y otras firmas del grupo, ha iniciado la rehabilitación de distintas carreteras y vías ferroviarias. Ferrovial ha ofrecido su ayuda y medios a las autoridades centrales y autonómicas y Sacyr, cuya concesión de la CV 35 no se vio afectada, también ha puesto a disposición de las administraciones sus servicios.

Viviendas encharcadas

Más allá de las infraestructuras de transporte, los edificios son los grandes afectados por el impacto del agua. Cerca de 33.000 viviendas y un total de 54.312 hectáreas presentan daños tras el paso de la DANA, según los datos que ha hecho públicos el Colegio de Registradores.

En el paquete de medidas anunciado esta semana por el Gobierno, valorado en 10.600 millones de euros, se incluyen entre 20.000 y 60.000 euros de ayudas directas para reparar o reconstruir viviendas y comunidades de propietarios.

Pero los daños varían según el grado de destrozo. Si tomamos como referencia una vivienda en planta baja de 90 metros cuadrados en los municipios afectados, se necesitaría unos 24.000 euros para limpiar y renovar el mobiliario, la instalación eléctrica y los suelos. Para casos más graves, pero sin que afecten a la estructura de la vivienda, la plataforma inmobiliaria Idealista estima un coste de hasta 47.800 euros de media. Estas cifras no tienen en cuenta la compra de nuevos muebles ni de otros enseres para el día a día, que incrementarían notablemente la factura. En total, si cruzamos los datos de viviendas del Colegio de Registradores y los de Idealista, la inversión necesaria para rehabilitar las viviendas afectadas asciende a 1.577 millones de euros. Junto al montante de infraestructuras, la cifra asciende a 4.100 millones.

Más drenaje natural

Uno de los puntos clave de los destrozos que provocaron las lluvias torrenciales fue el desbordamiento del Barranco del Poyo. Formado por tres barrancos y situado antes de llegar a la localidad de Cheste. Se trata de una rambla típica de "crecida relámpago": la fuerza acumulada por el agua que caía sobre este tramo provocó el derrumbe de la A-3 y el puente entre Torrent y Valencia.

Para evitar estas situaciones, el director del Centre for Water & Climate Adaptation en IE University, Gonzalo Delacámara, defiende la aplicación de "medidas que contribuyan a renaturalizar el suelo", por ejemplo, de parques inundables que actúen como amortiguadores. Es la manera de retener el agua en tiempos de sequía y expulsarla en temporadas de lluvias torrenciales.

"Si conseguimos recuperar el drenaje natural del suelo, nos evitamos inversiones de drenaje artificial", expone, si bien esto no excluye hacer ciertas inversiones puntuales en la infraestructura. Delacámara recuerda que la existencia de uno de los tanques de tormentas -depósitos enormes subterráneos que almacenan las primeras lluvias que caen- más grandes de Europa en la Casa de Campo de Madrid evita que la capital se inunde cada vez que llueve, algo que ocurriría por el agua acumulada en la Sierra que desembocaría por la gravedad en la ciudad.

Por su parte, la directora del MBA Sustainability Management de EAE Business School, May López, aboga por "el mantenimiento constante de los sistemas de contención, como presas, diques y cauces", para garantizar su eficacia. Aquí también se incluyen las tareas de limpieza y reparación periódicas y el desarrollo de una estrategia de planificación hídrica que se enfoque en la infraestructura y en el uso sostenible del agua por la demanda agrícola e industrial de este recurso.

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