El PSOE acota las enmiendas sobre el cupo catalán en su congreso para frenar el debate

Pedagogía, llamadas de la dirección federal y de Salvador Illa, alguna amenaza velada ante el proceso de renovación de liderazgos territoriales y mensajes que limitan el alcance del pacto en financiación para Cataluña, cuyo desarrollo está todavía por acordar. También mucho ‘café para todos’, con la propuesta de extender al resto de comunidades autonómicas la recaudación de impuestos y la atención a sus singularides, dotándolas de más recursos. La oposición en el PSOE al acuerdo firmado con ERC para la investidura de Salvador Illa se ha ido rebajando y en Ferraz intentan ahora limitar las enmiendas de los territorios en el congreso federal tratando de consensuar el grueso de la ponencia sobre financiación.

Desde los territorios más críticos avanzan que no renunciarán a marcar posición en el congreso que se celebrará en Sevilla entre el 19 y el 1 de diciembre. Con todo, sí reconocen que se suavizará la confrontación en el congreso si se opta por un texto que sea lo suficientemente ambiguo, limitado a cuestiones compartidas como la necesidad de impulsar un nuevo modelo de financiación autonómica, aumentar los recursos a las comunidades autónomas para financiar los servicios públicos y garantizar la solidaridad entre territorios. En la dirección de Ferraz insisten en que el acuerdo está por desarrollar y en la importancia de garantizar más financiación para todos los territorios. No parece por tanto que se caiga en la retórica tanto de los independentistas como de la oposición, lo que volvería a incendiar el partido.

Montero limita la cesión de impuestos a Cataluña: "Ahora mismo lo que hay es respecto al IRPF"

Fuentes conocedoras del desarrollo de la ponencia, cuyo equipo encargado celebró este miércoles una reunión en Ferraz presidida por Pedro Sánchez, suavizan incluso la renovación doctrinal sobre el modelo federal. Nada disruptivo, cuando en un principio se abogó por un abrir en canal este debate. Puntos intermedios, habida cuenta de que algunos de los cabeza de delegación provinciales apuestan por un “reseteo” de la declaración de Granada, el modelo bajo el que Alfredo Pérez Rubalcaba cosió las diferentes sensibilidades, mientras que en otras federaciones, principalmente del interior, se pide blindar.

La muestra de que el choque entre los territorios y Ferraz se ha ido suavizando o, al menos, desintegrándose el frente de oposición transversal, es que diferentes territorios críticos en un principio trabajan ahora por buscar puntos de consenso. Este es el caso de Madrid, donde su secretario general, Juan Lobato, trabaja en un documento sobre financiación que pueda aunar las diferentes sensibilidades, Andalucía o Asturias. El presidente del Principado, Adrián Barbón, una de las voces afines a Ferraz y que más reprochó el acuerdo con el ERC, cambiaba el paso el pasado viernes para defender que “el cambio de modelo dotará de más recursos a las autonomías”. El mantra que vienen defendiendo los socialistas.

Tras reunirse con Pedro Sánchez en la Moncloa, dentro de la ronda de contactos con presidentes autonómicos, evitó posicionarse sobre el concierto catalán por no estar desarrollada la propuesta. Tras ello, manifestó que el jefe del Ejecutivo le había dado “la garantía de que se hará pensando en dotar de más recursos al sistema, para dar servicios de calidad". La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, llamaba la atención unas horas antes sobre el hecho de que el acuerdo todavía debe desarrollarse y que por ahora solo está pactada la cesión del IRPF.

Un acuerdo por concretar

Tras puntualizar que "ahora mismo lo que hay es respecto al IRPF, que es lo que aparece en el acuerdo", señalaba que en el texto "lo que se habla es de que, de forma paulatina, a lo largo de los años, a lo largo del tiempo, la vocación consiste justamente en recaudar la gran parte de los impuestos que se recaudan en Cataluña". A esta inconcreción en el calendario se suman las dificultades en el Congreso para contar con las mayorías necesarias.

Según el documento acordado con los republicanos, sería la Generalitat “la que gestione, recaude, liquide e inspeccione todos los impuestos soportados en Cataluña y aumente sustancialmente la capacidad normativa en coordinación con el Estado y la Unión Europea”. Montero ha querido matizar en este sentido que "todo lo que no aparece en el acuerdo no está ni pactado ni decidido, y tendremos que ser con las normas que pongamos en marcha cuando terminemos de desarrollar y de concretar todos los extremos que ahí se contemplan".

Sin alternativas a Page

A las dificultades para desarrollar el acuerdo se acogen los más escépticos en el PSOE, pero también los afines a Sánchez señalan que el camino será largo para rebajar los temores de otros barones. La presidenta de Navarra, María Chivite, llamaba la atención este semana sobre que se haya criticado el acuerdo sin que haya todavía una propuesta. Al mismo tiempo, señalaba que el convenio económico entre el Estado y la Comunidad Foral se negoció durante siete años hasta su aprobación en 1990.

Desde la federación crítica de Castilla-La Mancha, liderada por el presidente Emiliano García-Page, están a la espera de conocer la ponencia marco, y donde se fijará la hoja de ruta para los próximos cuatro años, para elaborar sus enmiendas. Por el momento, su prioridad es impulsar una “ley nacional de armonización fiscal”. Frente a lo que califica de “privilegios”, el barón díscolo y uno de los tres únicos presidentes autonómicos del PSOE, junto a Adrián Barbón (Asturias) y María Chivite (Navarra), contrapone una norma estatal para “evitar la competencia fiscal desleal entre regiones”.

En la federación castellano-manchega destacan que se están consensuando con Ferraz cuestiones no menores, como el calendario para su congreso regional, y nadie pone en duda, tampoco en la dirección federal, la continuidad de García-Page, sin candidatos alternativas. Lo contrario a lo que ocurre en Extremadura, donde Miguel Ángel Gallardo fue elegido secretario general hace apenas medio año. En Ferraz vienen llamando la atención sobre que su posición crítica no gusta en sectores cada vez más amplios de la federación. A pesar de que ha rebajado el tono de confrontación con la dirección federal, principalmente en todo lo referente a la financiación, en la ejecutiva siguen sin descartar una candidatura alternativa.