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2.000 sevillanos represaliados han sido exhumados en tres décadas de democracia

Van a cumplirse 70 años del final de la Guerra Civil y aún hay 12.000 sevillanos enterrados en fosas comunes. Apenas 2.000 de los represaliados en la capital y la provincia han recibido sepultura digna en esta democracia, que ya no está tan recién estrenada.

el 15 sep 2009 / 11:47 h.

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Van a cumplirse 70 años del final de la Guerra Civil y aún hay 12.000 sevillanos enterrados en fosas comunes. Apenas 2.000 de los represaliados en la capital y la provincia han recibido sepultura digna en esta democracia, que ya no está tan recién estrenada. Ahora acaba de editarse el mapa definitivo de las tumbas masivas de la represión.

La Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia ha finalizado ya el mapa de fosas comunes más completo conocido hasta el momento sobre la provincia de Sevilla, un estudio coordinado por el investigador Ángel del Río y financiado por la Consejería de Justicia y Administración Pública en el que se constata que, entre los años 50 del siglo pasado y el presente año, no han sido rescatados de esas tumbas colectivas más que 2.010 cuerpos, repartidos en 32 fosas. En realidad, teniendo en cuenta las presiones de la dictadura, los trabajos se han concentrado en los años de democracia plena -a partir de 1975 y hasta 1982, especialmente-, aunque en esos 30 años sólo se han exhumado 1.550 cadáveres. La cifra contrasta notablemente con la de más de 12.000 personas que aún yacen bajo tierra y que murieron, fusiladas o a golpes, tras el alzamiento nacional. En tres décadas no se ha dado sepultura digna ni al 16,7% de los represaliados y, además, "la mayoría de las exhumaciones fueron promovidas por familiares (...) y se realizaron en la intimidad", afirma el informe de la asociación. Las administraciones, salvo algunos ayuntamientos, se mantuvieron silenciosamente al margen.

Como explica Rafael López, presidente de la asociación -que también ha cartografiado las fosas de Cádiz y Huelva-, en Sevilla capital y su provincia se han localizado 168 fosas, repartidas en 81 municipios, en un 80% dentro del recinto de los cementerios, con los 12.000 represaliados ya indicados. De ellos, 200 son en realidad víctimas de Huelva y Córdoba a los que se les aplicó el bando de guerra en la provincia sevillana, y otros 482, al menos, fueron muertos no en el paredón, sino en las cárceles y campos de concentración de los nacionales; entre ellos se encontrarían otros 56 prisioneros políticos, vascos y asturianos en su mayoría. Unos 164 sevillanos más fueron asesinados en otras provincias, Madrid y Málaga principalmente, y sus cuerpos aún no han sido recuperados.

El balance. Por el volumen de población y por la rapidez y virulencia del levantamiento nacional en la capital sevillana (el general Francisco Franco instaló su residencia temporal en el Palacio de Yanduri en julio de 1936) la mayor concentración de víctimas se da en el cementerio de San Fernando, con entre 3.600 y 4.000 muertos. Pero hay otras 24 fosas en la provincia que albergan 50 o más víctimas. El peor caso es el de Lora del Río, donde la represión sobre los partidarios de la República o los simpatizantes de la izquierda acabó con más de mil muertos en una sola fosa. Destacados son también los casos de Constantina (800 víctimas) Écija (635), Cazalla de la Sierra (300), Paradas y Osuna (200 en cada uno). Hay 23 municipios de la provincia de los que no se tiene ni un sólo dato, ni fiable ni aproximado.

López reconoce que la cifra final, "con seguridad", se queda corta respecto a las víctimas reales, ya que es "complicadísimo" localizar otras fosas fuera del perímetro de un cementerio, porque se han clausurado o cambiado de sitio muchos camposantos desde el 36 y porque, además, "el odio entre vecinos, el miedo a la represión y la emigración han supuesto una merma a la memoria colectiva". Para dibujar su mapa, la asociación se ha basado en libros de defunciones, registros de cementerios, archivos municipales, hemerotecas, archivos militares y gubernamentales y, "sobre todo", en la memoria oral de los pueblos de Sevilla, "donde aún queda mucho por hablar", sostiene.

Sin embargo, las referencias halladas por los investigadores se han encontrado en no pocas ocasiones con complicaciones añadidas, como el cambio radical de los terrenos por la ampliación de un municipio o el nuevo uso de suelo. Por ejemplo: sobre la fosa de El Arahal se ha construido un parque infantil; en una de las dos de Écija hay un olivar, levantado a su vez sobre un silo romano; en El Real de la Jara hay una tumba bajo una carretera, y en La Rinconada, se erige un colegio sobre siete muertos de la guerra. En su inmensa mayoría, como sobre las cinco del cementerio de la capital, están aplastadas por lápidas nuevas y nichos o, como mucho, están delimitadas con placas toscas y poyetes colocados por los propios familiares, sabedores por los comentarios de los pueblos de dónde había una fosa.

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