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20 paquistaníes mueren en una nueva masacre de los talibanes

Al menos 20 personas murieron y unas 35 resultaron heridas en un ataque suicida registrado en la provincia de Punjab contra la residencia de un diputado del partido del ex primer ministro. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 16:19 h.

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Una nueva masacre ha azotado Pakistán, la mayor desde el atentado contra el hotel Marriott, en el que fallecieron 54 personas. Ha habido más muertes en las últimas semanas en ataques contra políticos del país, lo que hace que los paquistaníes vivan en un estado de guerra.

Al menos 20 personas murieron y unas 35 resultaron heridas en un ataque suicida registrado ayer en la provincia oriental paquistaní de Punjab contra la residencia de un diputado del partido del ex primer ministro Nawaz Sharif, informó una fuente del Ministerio del Interior. En el ataque, que tuvo lugar en la localidad de Bhakkar, resultó herido el legislador Rashid Akbar Khan Nawani, de la opositora Liga Musulmana-N (PML-N), que fue trasladado a un hospital del distrito, al igual que el resto de víctimas.

"Rashid ha resultado herido, pero se encuentra a salvo. En su residencia se estaba llevando a cabo un encuentro, al que habían acudido unos 200 ciudadanos para debatir sobre los problemas del país", explicó el portavoz de la PML-N, Sidiq Faruq. El suicida hizo estallar la carga explosiva que portaba en las inmediaciones de la vivienda del político, elegido en varias ocasiones como diputado de la Asamblea Nacional. La cabeza del terrorista fue encontrada en el lugar del atentado, así como una chaqueta preparada para llevar explosivos y un billete de afganis, la divisa de Afganistán.

Tanto el presidente de Pakistán, Asif Alí Zardari, como el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, han condenado ya el atentado, el mayor desde el perpetrado contra el hotel Marriott de Islamabad el pasado 20 de septiembre. Cuando el país todavía no había logrado recuperarse de este ataque, una nueva masacre ha azotado Pakistán, lo que ha hecho aumentar el estado de inseguridad que se vive en el país. Se habla ya de estado de guerra, tal y como ha reconocido Asif Alí Zardari.

Diversos políticos han sido atacados en las últimas semanas. El pasado día 2, un suicida acabó con la vida de al menos tres personas al hacer estallar su carga explosiva frente a la residencia del líder del Partido Nacionalista Awami (ANP), Asfandyar Wali.

La mayoría de los ataques recientes han sido reivindicados por el movimiento Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), que aglutina a los grupos talibanes del país y está liderado por Baitulá Mehsud, a quien fuentes de inteligencia paquistaníes dieron por muerto la semana pasada.

El TTP ha exigido al Gobierno que ponga fin a las operaciones militares que en la actualidad se desarrollan contra los insurgentes en varias partes de la NWFP y en la región tribal de Bajaur, en la frontera con Afganistán, en las que desde finales de julio el Ejército asegura haber matado a más de 1.500 integristas. En esta guerra ya se contabilzan más de 11.000 víctimas paquistaníes y más de 800.000 desplazados desde 2001.

Más riesgo. Ante el creciente temor de atentados, la ONU ha decidido aumentar el nivel de riesgo, equiparando la peligrosidad de Islamabad con la de Kabul en Afganistán o Mogadiscio en Somalia. Esto se traduce en que los funcionarios no pueden tener consigo a sus familias, algo que en teoría sólo afecta a un porcentaje muy reducido de la población, pero que redunda en el clima de aislamiento que se vive en el país.

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