Local

Acaba la broma, sigue el 'boom'

No ha ganado el Festival de Eurovisión y hasta parece ser lo de menos que haya quedado en el puesto 16, porque Chikilicuatre era antes y seguirá siendo el "producto" ganador de esta edición, gracias a una campaña que ha reportado enormes beneficios a sus creadores. (Foto: EFE)

el 15 sep 2009 / 05:22 h.

No ha ganado el Festival de Eurovisión y hasta parece ser lo de menos que haya quedado en el puesto 16, porque Chikilicuatre era antes y seguirá siendo el "producto" ganador de esta edición, gracias a una campaña que ha reportado enormes beneficios a sus creadores y a buen seguro seguirá generándolos.

La incógnita ahora es saber cuánto tiempo va a dejar pasar Rodolfo Chikilicuatre para volver a su ser, al del actor catalán de 37 años David Fernández, cuándo va abandonar o le van a dejar guardar para siempre su guitarra Luciana, el tupé postizo, las gafas y esa particular vestimenta y acento argentino que desde el pasado febrero le acompaña. Porque el show tal vez deba continuar un tiempo, hasta que el boom harte y se olvide como otros, hasta que deje de vender y sólo pase a ser recordado como una de las bromas y frikadas más exitosas de los últimos tiempos.

Y es que éste fue el comienzo, una broma de la cadena de televisión La Sexta y, en concreto, del programa de Andreu Buenafuente, a principios de febrero, cuando sus guionistas parieron a Rodolfo Chikilicuatre, un personaje que presumía de haber inventado una 'guitarra-vibrador'. El negocio perfecto no hacía más que dar sus primeros pasos; el Chikilicuatre crecía de la mano de su padrino Andreu Buenafuente y de sus diez guionistas, los verdaderos artífices de la canción Baila el chiki-chiki, según han confirmado fuentes cercanas a El Terrat, productora del programa de laSexta.

Pocos entonces intuían la rápida y exitosa progresión de Chikilicuatre, hasta que el pasado 16 de febrero, TVE y el portal de Internet MySpace deciden que fueran los internautas los que, en gran medida, eligieran al representante de España en el festival de Eurovisión. En total, más de 500 artistas, en su mayoría anónimos, se presentaron; diez fueron los elegidos, cinco en la red donde Chikilicuatre arrasa con cerca de 12.000 votos. La maquinaria puesta en marcha por TVE y activada por el esperpéntico personaje consigue lo que desde hace muchos años no lograba Eurovisión: recuperar la expectación perdida, que media España se interese sobre el certamen.

El Chiki-chiki se extiende como una plaga, resuena en los móviles polifónicos, invade foros de internet, al tiempo que levanta duras críticas entre los "eurofans", entre ellos José Luis Uribarri, uno de sus máximos detractores al principio. En definitiva, a nadie deja indiferente el minuto y veinte segundos de "perrea perrea" a ritmo de reggaeton. Pero sin duda, buena parte del éxito de tan inclasificable canción se debe a su estribillo, los cuatro pasos de este baile que pequeños y mayores tararean y gesticulan sin dudar: "uno, el breikindance; dos, el crusaíto; tres, el maiquelyason, y cuatro, el robocop".

El 8 de marzo, coincidiendo con la jornada de reflexión de las elecciones generales, Chikilicuatre se erige con mayoría absoluta como el representante de España para el festival europeo, con la única condición para lograr el pasaporte definitivo a Belgrado de cambiar parte de la letra y darle un minuto más de duración a la pieza. Han pasado 76 días y Chikilicuatre y los suyos no han perdido ni un minuto de ese tiempo para llenar de euros la caja del "producto"; su agenda ha contado con actuaciones en el estadio madrileño del Vicente Calderón antes de la final de la Copa del Rey, en el encendido de las luces de la Feria de Abril en Sevilla o en el gran premio de Motociclismo de Jerez.

Tanta popularidad ha empujado a que Chikilicuatre protagonice la última campaña publicitaria de la ONCE, a que RTVE distribuya a través de su portal los recortables para que los internautas puedan lucir, aunque sea de papel, las enormes gafas modelo pera del Chikilicuatre o su tupé, e incluso, a que la guitarra de juguete llegue a manos del Papa Benedicto XVI.

Todo sin contar los ingresos por cada descarga de móvil con la sintonía o los derechos de autor generados cada vez que se pinche el chiki-chiki, una canción que antes de tiempo ya es tema del verano, está a punto de destronar a Paquito el chocolatero en bodas o verbenas y, por encima de todo, se ha convertido en una de las fábricas más productivas de hacer euros.

  • 1