Algunos de los adoquines pintados.
La calle Alcaicería tenía ayer un nuevo reclamo para propios y extraños. De una punta a otra de la calle, las baldosas amanecieron pintadas de colores. Uno de los comerciantes de esta céntrica vía explicaba que se la habían encontrado así cuando habían abierto los negocios. ¿Cosa de los vándalos? "Pues si son unos vándalos por lo menos han hecho una cosa que está bonita", reconocía.
Alcaicería estaba dentro del proyecto La piel sensible, con el que se peatonalizó todo el entorno de la Alfalfa. En dicho proyecto se recogía la colocación de teselas de colores (se pueden ver en la calle Huelva. Pero se trata de unas piezas casi imperceptibles. Sea lo que sea, Alcaicería luce desde ayer más colorista
