La viabilidad del gigantesco telescopio E-ELT que proyecta un consorcio europeo de doce países es analizada desde Sevilla por una consultora de ingeniería e innovación tecnológica, la francesa Altran, que se instaló en 2005 en la ciudad para aprovechar el tirón de la aeronáutica.
En recónditos rincones de la Sevilla empresarial afloran firmas que, sin conocidos nombres, aportan su actividad a relevantes proyectos internacionales. Es el caso de la consultora de ingeniería e innovación tecnológica Altran, de capital francés y con oficina en la capital hispalense, desde la que participa en el diseño del que será el telescopio más grande del mundo, bautizado como E-ELT y promovido por el Observatorio Europeo Austral (ESO), consorcio formado por una docena de países, entre ellos España.
Desde esa oficina, abierta en 2005 al calor del próspero negocio que deparaba la aeronáutica sevillana, industria en la que está especializada, se realizará el estudio de viabilidad del gigantesco telescopio, cuyo espejo primario tiene un diámetro de 42 metros y para el que aún no hay ubicación -se barajan dos, Canarias y el desierto de Chile-.
Alfonso Martínez, director general de Altran Technologies en España, comenta que, al margen de los clientes locales, la oficina de Sevilla -tiene otras diez en España, a saber, en Barcelona, Madrid, Valladolid, Bilbao, La Coruña, Valencia y Albacete- se ha concebido como "un centro de desarrollo de proyectos tanto nacionales como internacionales", y ello no hubiera sido posible, dice, sin la preparación de los ingenieros que salen de su Universidad.
En estos momentos, esa sucursal, dirigida por Bernardo Ronquillo, que durante varios años trabajó para el gran telescopio de Canarias -el GTC, cuatro veces más pequeño que el futuro E-ELT-, posee una plantilla de 30 ingenieros y, según Martínez, las previsiones apuntan a que serán 100 de aquí a 2010.
Aeronáutica. Cuando abrió sede en la capital hispalense, el objetivo de Altran -antes llamada Media Consultores- era aprovechar el tirón del negocio aeronáutico que deparaban los grandes proyectos del fabricante europeo EADS, en especial el avión de transporte militar A400M, cuyo ensamblaje final aquí se ejecuta y para el que la consultora trabaja.
No obstante, nuevas áreas de actividad se han ido incorporando, al abarcar la consultoría de innovación tecnológica -no hace, sino que dice cómo se hace con más exactitud y eficiencia y menores costes- para la industria aeroespacial (desarrollo de satélites) y las instalaciones científicas avanzadas, ámbito éste en el que se incluyen, por ejemplo, los aceleradores de partículas.
El directivo de Altran indica que, además, se apostará por los sectores de energías renovables, ante la pujanza de la que gozan en Andalucía las plataformas solares y parques eólicos, y el naval.
Con 1,2 millones de euros, el peso de la oficina de Sevilla sobre la facturación global de la compañía en España (111 millones de euros en 2006, siendo de 1.496 millones a nivel internacional) es aún reducido, aunque Alfonso Martínez se escuda en que la sucursal aún es joven, en las perspectivas que se abren y en los servicios de valor añadido que aporta. Así, detalla que el 30% de sus ingresos procede de clientes de fuera de la comunidad y opina que en Andalucía abundan las ayudas a la innovación, pero faltan servicios específicos de consultoría para innovar.
