Cultura

Argüelles: "No siento envidia de los hijos de papá, son pobres niños ricos"

La presentadora regresa a la franja nocturna de la televisión con ‘Hijos de Papá’, donde ocho niños ricos convivirán en un pequeño pueblo sin ningún tipo de privilegio.

el 13 mar 2011 / 19:45 h.

Luján Argüelles ha vuelto a la noche de Cuatro con su nuevo programa Hijos de Papá, un espacio donde ocho niños ricos convivirán en Hoyos del Espino (Ávila) sin ningún tipo de privilegio. Sin saber dónde van, los ocho jóvenes comenzarán a buscar trabajo y a valorar el dinero y el esfuerzo de sus padres.

Durante las tres semanas de convivencia los chicos pasarán por diferentes emociones y sentimientos y para superarlos contarán con Diana Molina, una entrenadora profesional con adolescentes, y Antonio Ortega, psicólogo y terapeuta sexual.

La presentadora enlaza este proyecto tras terminar Dame una pista para la misma cadena. De momento no tiene más proyectos aunque le encantaría volver a hacer otra edición de Granjero busca esposa y asegura que espera conseguir trabajos más estables para plantearse tener un hijo.

-¿En algún momento has sido una niña de papá?
-No. La verdad es que mis padres siempre me han dado todos los caprichos y además he sido una niña caprichosa. Pero también es cierto que el esfuerzo que ellos tenían para que yo pudiera tener mis caprichos era tan grande que yo lo veía. Mis padres han trabajado muy duro siempre, éramos tres hermanas y mi madre siempre estaba encima de nosotros con eso porque además mi padre era un poco mayor que ella. Siempre decía: ¡Ay que tu padre es mayor a ver si le va a pasar algo! Te machacaba para que te dieras cuenta de que los lujos que te podían dar eran gracias a un señor que trabajaba mucho.

-¿Ahora te permites lujos?
-No, y de todas formas tampoco está mal que cada uno se gaste el dinero en lo que quiera. Cada uno tiene el nivel de vida que tiene y si se puede gastar 30.000 euros en un bolso, a mí me parece fenómeno porque tiene una cuenta bancaria que multiplica por un millón lo que tenemos nosotros. Entonces para ellos 30.000 euros pueden ser lo mismo que para nosotros 200 euros. Y como yo no tengo esa cuenta bancaria la verdad que no lo hago (risas), tengo tantos huecos que cubrir que no puedo.

-¿Y algún capricho?
-Me gustan mis bolsitos, mis zapatos, mis tratamientos. Me hago tratamientos en Carmen Navarro [risas] que te dejan la piel maravillosa, en esto sí que me he hecho de todo porque o te operas o te haces tratamientos de limpiarse la piel. Pero no puedo despilfarrar porque mi cuenta bancaria no me lo permite, si me lo permitiera tendría que ver.

-A los chicos en Hoyos del Espino pocos caprichos les habéis podido dar...
-Hoyos del Espino es un descubrimiento. Te lo pasas fenomenal, la gente es lo más. En el Gredos, en el Milano, un pueblo con mucha actividad y mogollón de vida. Son 400 habitantes con mucha caída, mucha casa rural.

-¿Ha sido duro grabar por la condiciones climatológicas?
-Sí, un día nos cayó una nevada que nos llegaba por la rodilla y tuvimos que hacer una especie de gymkhana corriendo. Estuvimos a 15 bajo cero y encima en mi habitación el radiador hacía ruido cuando entraba el agua de fuera y si quería dormir tenía que apagarlo con lo cual acababa durmiendo con siete pijamas.

-Viendo a estos chicos por la forma de vida que tienen ¿no has sentido envidia?
-No, no me da envidia. Son pobres niños ricos. Ahora han vuelto a sus vidas y si ganan en valores ya tienen un recorrido que nosotros no tenemos, y es que pueden hacer con su vida lo que quieran porque tienen dinero para hacerlo. Pero también es verdad que lo que no han aprovechado no lo van a aprovechar ahora, si con 20 años uno tiene la oportunidad de ir a estudiar a Cambridge o a Oxford y no lo ha hecho, es más complicado que lo haga con 28. Creo que han desaprovechado algo que Dios les ha dado. Otros lo hubiéramos hecho de otra manera.

-¿Has aprendido de ellos?
-Sí, aprendes a que la gente puede cambiar, aprender, se puede superar, siempre puedes dar tu brazo a torcer. Al final de recordarles a ellos lo que son las cosas, como es la vida, de reflexionar con ellos uno acaba haciendo su propia autorreflexión.

-¿Cómo ha sido la convivencia entre los chicos?
-Han tenido momentos de pequeños conatos de bronca pero no es que se llevaran mal o que hubiera un griterío. Han tenido broncas como cualquiera de nosotros en nuestra casa con nuestra madre, nuestra pareja pero se llevan muy bien.

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