-¿Cómo se lo está pasando Sevilla en La montaña rusa?
-Me lo he pasado muy bien siempre en Sevilla con las películas que he hecho con Paco Rabal y Carmen Sevilla. Pienso que Sevilla, con esta comedia, lo está viviendo muy bien. Las comedias de éxitos gustan en todas partes, sobre todo cuando se trata de Eric Assous. Lamento de veras que sean muy pocos días de función. Sevilla tiene arte, y todo aquello que tenga éxito es interminable.
-De nuevo está acompañado por una gran belleza, Carmen del Valle. ¿Cómo la ha visto en su paso del teatro clásico a la comedia?
-En el primer ensayo ya vi que había olvidado los clásicos y se había incorporado en esta comedia de glamour y de estética. Carmen del Valle es una de las mejores actrices que han caído en mi compañía, es excepcional verla sobre el escenario, es enamorarse.
-Siempre dice que es un actor de teatro, ¿qué tiene el escenario que tanto le apasiona?
-La verdadera profesión de un actor o una actriz está arriba de un escenario, no en una cámara de televisión o cine. Si has visto Babe, el cerdito valiente, lo hace maravillosamente bien en esa película, pero pon a esos animales sobre ese escenario y a ver qué hacen. Pues esto es lo mismo. La televisión te da gran popularidad física, pero hace falta tener unos cimientos. Tampoco quiere decir que por haber trabajado en el teatro seas un magnífico actor...
-Pertenece a una generación de grandísimos actores y directores ["y de los guapos", añade él], ¿cómo ve a esta generación y a la cantera?
-Veo que no tiene principios de profesionalidad, todos quieren empezar para darse a conocer en la televisión y es un gran error porque te usa como un clínex. Tampoco hay autores tan importantes como en mi época. Si alguno destaca, la televisión lo agarra rápidamente como guionista.
-¿Tiene alguna idea que pueda desvelar para una próxima función?
-Siempre hay muchas, pero cuando acabas una comedia de tanto éxito como La montaña rusa siempre me angustia pensar cuándo volveré a encontrar otra de éxito parecido. Siempre digo lo mismo pero al final la encuentro.
-Antes de finalizar tengo que pedirle que me cuente el secreto para mantenerse tan impecable como siempre...
-Simplemente, elegir la profesión que te gusta y cuidarla. Incluso ahora, tres años después de estar con esta obra, todavía hacemos correcciones. Si aún estamos corrigiendo cosas, eso es verdadero amor por la profesión.
