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Así es el cenicero con el que Miguel mató a Marta

El cenicero con el que Miguel dice que mató a Marta era del bar de copas NYA de la Ronda de Capuchinos, muy cerca del domicilio del joven. La Policía ya dispone de tres modelos iguales al usado en el crimen, lo que podría ayudar a descartar que la chica falleciera de un sólo golpe, como mantiene el autor confeso. Foto: Javier Cuesta.

el 15 sep 2009 / 23:02 h.

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D.Suárez/R.Velis

El cenicero con el que Miguel dice que mató a Marta era del bar de copas NYA de la Ronda de Capuchinos, muy cerca del domicilio del joven. La Policía ya dispone de tres modelos iguales al usado en el crimen, lo que podría ayudar a descartar que la chica falleciera de un sólo golpe, como mantiene el autor confeso.

Como si de un presagio se tratase, el cenicero que Miguel Carcaño dice que empleó para acabar con la vida de Marta del Castillo era del bar copas Nocturnidad y Alevosía de la cadena V&V. Eso es lo que al menos ha declarado el joven a la Policía Nacional, que tras la detención de Miguel acudió al local para hacerse con un modelo idéntico al que pudo ser usado en el crimen y que fue tirado al río junto con el cuerpo de la joven sevillana.

El 14 de febrero, un día después de que Miguel fuera detenido, dos agentes se personaron en el local situado en la Ronda de Capuchinos, una zona que no queda muy lejos del domicilio del joven y su hermano Javier (situado en la calle León XIII), para hablar con el dueño del local y hacerle algunas preguntas que pudieran aportar datos sobre el crimen. "El mismo día que vi en la prensa que habían detenido a este chico, vinieron dos señores de la Policía", relata el propietario de la discoteca, Julio Valverde.

Los dos agentes no le revelaron ningún dato del caso, pues ni siquiera le llegaron a decir que su improvisada visita se debía al crimen de Marta. "No me dijeron nada, sólo que no tenía nada que ver conmigo, y que con uno de estos ceniceros se podía haber cometido una agresión", explica Valverde a El Correo. La Policía se llevó tres ceniceros del local para poder investigar si la versión de Miguel es creíble.

El cenicero, redondo y de cristal transparente, es "pesado" y el propio propietario del bar lo califica como un "objeto contundente". Sin embargo, la tesis de los investigadores, más aún cuando vieron el modelo, es que difícilmente Marta pudiera morir de un solo golpe en la cabeza, como sostiene Miguel, con el que la joven mantuvo una breve relación.

Pero la pista clara que lleva a la Policía a descartar la versión del joven es que las manchas de sangre en el forro de la cazadora, que le delataron, se produjeron cuando Miguel se escondió el cenicero en el interior de la prenda para ocultarla. Después se deshizo de ella para tirarla al río.

Este detalle hace pensar a la Policía -el propio jefe superior, Enrique Álvarez Riestra, lo explicaba en rueda de prensa el viernes- que el cenicero debía estar manchado con abundante sangre como para impregnar una chaqueta, más aún cuando, tras golpear a Marta, había sido depositado sobre la colcha de la cama -la joven murió en un dormitorio del número 78 de León XIII-, dejándola también manchada, según declara Miguel y tal y como demuestran los rastros encontrados por los agentes, pese a que había sido lavada. Con todos estos datos, la Policía cree que para que el cenicero tuviera tanta sangre, Miguel debió golpear a Marta en varias ocasiones, pues en un solo golpe no sería posible que se impregnara de sangre, ya que el sangrado tras un impacto no es inmediato.

Un objeto robado. El dueño del bar de copas aseguró que el cenicero que tenía Miguel en su vivienda "debe ser robado", pues ni el joven ha trabajado allí, ni el local los regala a los clientes. "Nunca ha trabajado aquí", niega rotundamente Valverde, "lo habría robado aquí o en algunos de los locales de la cadena", ya que el cenicero tiene el logotipo de ésta V&V, y no del bar de copas, aunque el joven aseguró en su testimonio que era de la discoteca NYA y que tenía este logo. Sin embargo, el propietario insiste en que no tienen ceniceros con este logo, pues "todos llevan el de la cadena".

Según Valverde, uno de los camareros, tras ver las fotos de Miguel en los medios, le dijo que había visto al joven por el local una tarde. Sin embargo, al propietario le extraña que visitara de forma asidua el local, "por la edad, ya que aquí viene gente más mayor y con otra forma de vestir", aunque "es posible que viniera algún fin de semana por la tarde, cuando damos el fútbol". Valverde, visiblemente afectado, expresa su solidaridad con la familia y rechaza el brutal crimen. Además, teme el perjuicio que esta "desafortunada coincidencia le puede causar" e insiste en que su bar "no es de este tipo de clientela, mis clientes son gente sana".

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