El cardenal de Sevilla será el primero en inaugurar mañana las obras de remozamiento y ornamentación llevadas a cabo por la Hermandad de Los Gitanos en los accesos al camarín de la Virgen de las Angustias a fin de hacerlo visitable. El resultado, espectacular.
Desde mañana mismo, los fieles podrán acceder al camarín de la Virgen de las Angustias a través de dos escaleras, una de subida y otra de bajada, situadas a un lado y a otro del altar. Es el primer paso con vistas en un futuro a abrir el camarín a la visita turística, como ya se hace en la Basílica de la Macarena, aunque en este caso la subida hasta las plantas de la dolorosa es a través de una ruta mucho más espaciosa.
Las escaleras de acceso, reservada hasta ahora para labores de manipulación de la imagen, han sido revestidas con un gran zócalo de mármol de color rojo alicante. Sus paredes se han cubierto con pinturas al fresco y con seis gigantescos óleos, obra del pintor malagueño Raúl Berzosa, que representan los siete Dolores de Nuestra Señora (uno de los dolores, las angustias de María, está representado por la propia Virgen en su camarín).
Amén de esta decoración, en los accesos al camarín figuran, dibujados sobre la pared, el escudo corporativo y el del cardenal Carlos Amigo, con quien la hermandad "está en deuda permanente", asegura su hermano mayor, Juan Miguel Ortega Ezpeleta. "Coronó a la Virgen, consagró el templo y, recientemente, se ha logrado su elevación a la categoría de santuario. ¿Te parece poco?".
La ruta de subida permite llegar a las plantas de la Virgen, contemplar a la dolorosa desde sus dos perfiles y descender por una escalera opuesta, de nuevo, hasta el presbiterio. "Hemos hecho un buen joyero para una buena joya", significa Ezpeleta, quien recalca una y otra vez la generosidad de la duquesa de Alba para con su hermandad, al haber sufragado por entero estas obras. De momento, el acceso será viable después del culto de los viernes y los domingos tras la misa. También se abrirá para visitas especiales.
