Cultura

Belleza que no dice nada

Grecia, 2010. Director: Vardis Marinakis.
Productor: George Lykiardopoulos.
Guión: Vardis Marinakis. Fotografía: Marcus Waterloo. Intérpretes: Sofia Georgovassili, Christos Passalis, Despoina Bebedeli, Maria Panourgia, Despoina Kourti, Vaggelio Andreadaki, Hakan Boyav.

el 10 nov 2010 / 20:46 h.

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Una película más de amores imposibles. De ésas de chico conoce a chica y se enamoran. Son de mundos opuestos y deben luchar por su amor. Una de ésas que Hollywood nos ha obligado a tragarnos en innumerables ocasiones, pero hecha en Grecia. Transcurre hace 400 años y las intenciones del director son más líricas, más poéticas; aunque también, ahí está la pega, más vacías.

La acción transcurre en el año 1654. Grecia está bajo el yugo del Imperio Otomano. Un jenízaro (un cristiano que era capturado siendo niño y obligado a combatir en el ejército turco) llega gravemente herido, después de desertar, a un convento perdido donde habita un grupo de monjas. La joven Anthi, que ha hecho voto de silencio, le cuida. Se enamoran y escapan. Pero ella guarda un terrible secreto (por eso calla). En realidad es un hombre que ha crecido escondido en el convento para evitar ser capturado por los jenízaros.

La película se pierde en imágenes de paisajes, pretendidamente bellas, pero que no aportan nada a la historia (una vez que se ha situado el escenario en las montañas y se han mostrado planos generales de las mismas, deja de tener sentido repetirlos una y otra vez), además de tener varios momentos sin sentido y difíciles de explicar.

Director y actriz debutan en el cine con esta película. Y se nota. Aún así, la aburrida Black field ha ganado los premios a las mejores fotografía y dirección artística de la academia griega, y ha sido la elegida por el país heleno para representarlos en los Oscar dentro de la categoría de película de habla no inglesa. Lo cual indica lo malo que ha debido de ser el año para su filmografía.

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