El ministro de Fomento, José Blanco, encargado de levantar la liebre al anticipar una subida de impuestos para las rentas más desahogadas, estableció ayer el límite que, a su juicio, puede servir de referencia para separar quienes obtienen ingresos medios de los que verán aumentar su presión fiscal: 50.000 euros.
Encendió la mecha de la que es sin duda la medida política más impopular que existe al afirmar que era partidario de apretar el cinturón a las rentas más altas para sustentar las políticas sociales y la inversión pública. Declaraciones con las que abrió la veda del debate sobre una subida de impuestos más que probable, visto el deteriorado estado de las arcas públicas y su galopante déficit por los menores ingresos a causa de la crisis.
Tras él tuvo que salir la vicepresidenta económica, Elena Salgado, quien, sin concretar, afirmó que toda la política fiscal se encuentra en revisión, sin dar más detalle. El primero en hablar con claridad de subida impositiva fue el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, aunque para afirmar que el alza de los tributos será una medida "limitada y temporal".
Con la primera batalla política sobre la mesa -el PP ya ha dejado claro que no apoyará ninguna iniciativa en este sentido- el ministro de Fomento volvió a saltar ayer a la palestra informativa para ahondar en la polémica que él mismo generara.
50.000 euros. Es el límite que, a juicio de Blanco, separa las rentas medias de las altas y que establece, por tanto, quiénes deben asumir el papel de solidaridad en favor de los que necesitan de las políticas sociales. Y es aquí donde entra otro de los asuntos a debate estos días, la ampliación de la cobertura de la ayuda de 420 euros a parados sin prestación más allá de quienes la hayan agotado a partir del 1 de agosto. Para poder hacerlo se necesitan recursos de los que actualmente no se disponen.
En una entrevista concedida a la Agencia Gallega de Noticias, el ministro de Fomento consideró que "una persona que tiene ingresos superiores a los 50.000 euros al año bien puede hacer una contribución extraordinaria en estos momentos de dificultad", una medida que, opinó, "tiene bastante sentido".
Para ello, se apoyó en los datos que maneja la Agencia Tributaria. "Si vemos los ciudadanos que declaran a Hacienda, la inmensa mayoría tributan por menos de 30.000 euros de ingresos al año. Eso no sé si es clase media o no, pero cuando hablo de subir los impuestos a clases altas, me refiero a aquellos que declaran, por ejemplo, por encima de los 50.000 euros". Esto es, ingresos mensuales brutos (antes de impuestos) superiores a los 4.100 euros.
Aun así, pidió que "no se haga demagogia y no se saque de contexto lo que se está planteando".
De hecho, un reciente estudio realizado por los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) arrojaba que el 63% de los españoles -con autónomos y profesionales incluidos- es mileurista, al ingresar menos de 1.100 euros brutos al mes.
funcionarios. Otra de las polémicas ha sido el planteamiento de una eventual congelación de sueldo a los funcionarios. Sobre este asunto, Blanco se preguntó que "quién ha hablado de congelación". "Hemos hablado de la necesidad de buscar fórmulas que permitan que el próximo año haya una contención de los salarios públicos de tal forma que no pierdan poder adquisitivo en un futuro, aunque este año con la crisis y la inflación negativa es aconsejable una contención considerable en la subida de los salarios", concluyó.
Y respecto a la crisis, señaló que "es una preocupación del Gobierno, porque ya está durando demasiado tiempo en el ámbito internacional", una situación que "nos está llevando a tomar medidas extraordinarias para tratar de paliar sus consecuencias".
