Alberto López Ramos, Luis Cáceres y Miguel Guillén, en el momento de su coronación. / Manu R.R. (Atese)
Prometía ser un acto de proclamación de los Reyes Magos formal y encorsetado, con la tradicional entrega de las coronas a los representantes de sus majestades de Oriente en Sevilla, discursos oficiales y agradecimientos al Ateneo, que lleva organizando la cabalgata del 5 de enero desde 1918. Sin embargo, Melchor, Gaspar y Baltasar traían anoche su propia carta bajo el brazo, con un mensaje diferente al de años anteriores, y anunciaron algo que muchos pueden adivinar: para los políticos sólo habrá carbón esta Navidad.
Al igual que en 2012, la ceremonia de aclamación de sus Altezas se celebró en el hermoso teatro diseñado por Aníbal González en la Plaza de España para la Exposición de 1929, actualmente es propiedad del Ejército.
En presencia de la cúpula del Ateneo y sus socios, del alcalde, Juan Ignacio Zoido, y del teniente general jefe de la Fuerza Terrestre, José Ignacio Medina, tres representantes de la sociedad sevillana recibieron el encargo de encarnar dentro de un mes a los magos de Oriente.
Alberto López Ramos, director general de Producción de España y Portugal de la Compañía Nacional de Seguros desde 1987, prestará su rostro a Gaspar. Ayer llevó a la ceremonia un mensaje muy claro de este monarca. Cuando un milagro como que te nombren rey mago ocurre, hay que trabajar para hacerse merecedor de él. Y eso hizo él al contactar con la Fundación La Caixa para que en la carroza que preceda a la suya viajen 28 niños procedentes de familias sin recursos, cuyos nombres pronunció ayer de memoria.
Gaspar dijo además que un buen rey es el que sirve a su pueblo y defendió que para ello siempre es mejor decir lo que se piensa que callar. Dicho y hecho. López Ramos quiso reflexionar sobre la palabra coherencia. ¿Es coherente que se escatime en medicinas a los pensionistas mientras los políticos de este país van en coche oficial? ¿Es coherente que en España haya el doble de ayuntamientos que en países cercanos más grandes y con más población? ¿Es coherente que se recorte en educación, sanidad, pensiones e investigación, que son campos en los que habría que invertir, en lugar de hacerlo en actos lúdicos que sólo buscan adoctrinar?, se preguntó su alteza, antes de reclamar a los partidos que se pongan de acuerdo para sacar España adelante, frente un auditorio que se quedó mudo de pronto.
Luis Cáceres, presidente del Colegio de Dentistas de Sevilla desde 1990, prestó su voz a Melchor, que aprovechó su turno para prometer que intentará ser rey mago más allá del día 5. Para ello, su intención es poner en marcha varios proyectos infantiles, como el que brinda tratamiento dental gratuito a los niños de Chernóbil, con el que colabora.
En concreto, propuso a Baltasar, encarnado por el presidente del Real Betis, Miguel Guillén, una iniciativa que busca llevar ilusión a los niños con cáncer del Virgen del Rocío, para la que necesita a los jugadores verdiblancos.
Baltasar, por su parte, hizo un recorrido por las cabalgatas de su infancia y reivindicó a Sevilla, ciudad a la que dijo haber echado mucho de menos en sus años en el extranjero.
El acto lo cerró el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, que confesó estar de acuerdo al 95% con las palabras de Gaspar, porque lo que ha dicho es verdad. El alcalde, que dio por superado ya el debate del origen de sus majestades, después de que el pasado año el Papa Benedicto asegurara que provenían de Andalucía, sí quiso destacar que los que desfilarán en la cabalgata sevillana proceden, salvo Baltasar, de Extremadura, como él.
Yo no sé de dónde vinieron los Reyes, pero sé que los nuestros son los mejores, aseveró el primer edil, que no quiso zanjar la ceremonia sin desvelar que este año los monarcas de orientes son los tres del mismo color (en referencia al Betis), colores que no son los míos, puntualizó bromeando.
