Economía

Búsqueda de socios andaluces para SOS

A buenas horas. El presidente de Cajasol, Antonio Pulido, ha planteado esta semana, al asumir las riendas del Banco Europeo de Finanzas (BEF), que esta entidad, en la que participan todas las cajas andaluzas, agrupe las acciones que cuatro de ellas -Unicaja, Cajasol, Caja Granada y Cajasur- tienen en el grupo alimentario SOS.

el 16 sep 2009 / 04:55 h.

A buenas horas. El presidente de Cajasol, Antonio Pulido, ha planteado esta semana, al asumir las riendas del Banco Europeo de Finanzas (BEF), que esta entidad, en la que participan todas las cajas andaluzas, agrupe las acciones que cuatro de ellas -Unicaja, Cajasol, Caja Granada y Cajasur- tienen en el grupo alimentario SOS.

Desempolvaba así una vieja idea que precisamente no cuajó porque ellas mismas, y así lo han reconocido, se negaban a perder dividendos, peso en sus respectivas carteras empresariales y beneficio fiscal. Pero las cosas mucho han cambiado, y ahora SOS, desplomado en bolsa y con pérdidas en 2008, es una auténtica losa en la cuenta de resultados de todos sus accionistas.

La compañía no podrá repartir dividendos y, encima, las cajas habrán de anotarse las minusvalías del derrumbe bursátil, y ello sin contar con el desembolso adicional que tendrán que afrontar para no reducir su presencia en el accionariado una vez que se acometa la anunciada ampliación de capital por valor de 200 millones de euros.

Sólo un dato revela el impacto de la debacle bursátil de SOS. Las acciones que suman esas cuatro cajas andaluzas -Caja Jaén es la única de la región que no participa- en la empresa propietaria de las marcas Koipe y Carbonell tienen un valor actual de 132 millones de euros, y éstos son cuatro veces menos que en noviembre de 2007, cuando del BEF surgiera la idea de hacer un frente común andaluz que nunca se consumó.

Para realizar lo que Pulido plantea habría que o bien sindicar las acciones (especie de pacto entre los accionistas para ejercer conjuntamente el derecho de voto y llevar así una estrategia empresarial común) o bien traspasar directamente las acciones al BEF. Y en ambos casos es necesario comunicarlo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Lo sucedido en el seno de SOS, donde Caja Madrid, pese a tener menos de la mitad del capital que las cajas andaluzas, ha asumido un papel de liderazgo, hecho está y es complicado resolver el entuerto. Sin embargo, otra sombra se cierne sobre el futuro de SOS tras haberse abierto ya la veda para buscar y recibir ofertas de socios que quieran entrar en una compañía estratégica para la agroindustria de Andalucía.

Antes de que todo el escándalo de SOS saliera a flote -a raíz del multimillonario autocrédito que los antiguos gestores del grupo, los Salazar, sacaron de las cuentas de éste-, hubo un intento de la Junta de Andalucía para aliar a las cajas con empresarios oleícolas de la comunidad, de forma que éstos se implicaran en la gestión de la mayor aceitera del país. Sin embargo, no tenían suficiente dinero como para tomar una participación relevante, según relatan fuentes de la Administración autonómica y del sector.

Ahora, el consejo de administración de SOS ha dado un mandato al banco de negocios Credit Suisse para canalizar el interés de potenciales inversores en su capital. Y no son pocos los actuales que también querrían irse, pues se han visto forzados a aumentar su presencia -caso de Ahorro Corporación- o entrar -como el portugués Banco Espirito Santo- al ejecutar garantías sobre acciones que los Salazar tenían pignoradas (dadas en prenda o hipotecadas para obtener créditos).

El peligro reside en el interés que el grupo, actualmente baratito, ha despertado entre los fondos de inversión extranjeros. Y allí donde éstos o las multinacionales desembarcan, buscan ante todo rentabilidad, pues tienen un porcentaje mínimo que ofrecer a sus partícipes y no esperan. Y mientras tanto, SOS parece escapar de las manos de Andalucía.

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