La Guardia Civil comenzó las investigaciones a raíz de un robo de aceite en una almazara de Bullas (Murcia), ocurrido el 19 de junio, en el que se sustrajeron mas de 45.000 kilos de aceite. Anteriormente, se produjeron robos similares en Toledo, Albacete, Badajoz y posteriormente en Jaén.
De este modo, los agentes sospecharon de la existencia de algún tipo de infraestructura en Murcia vinculada con estos hechos, comprobando, tras las investigaciones oportunas, la existencia de una nave industrial alquilada en el Polígono de Librilla (Murcia) a la que se vinculaban personas procedentes de Italia y un español. Las vigilancias sobre las personas sospechosas y la nave industrial "denotaban nula actividad empresarial o comercial", lo que acrecentó las sospechas.
Finalmente, el pasado miércoles y jueves los agentes detectaron una mayor presencia de italianos que contactaron con los elementos sospechosos y la llegada de camiones-cisterna procedentes de Italia. Al menos tres de ellos se desplazaron hasta Purchena (Almería), así como varios turismos en labores de contra-vigilancia. En la madrugada del 1 de octubre se registró un robo en dicha almazara, cuya dueña dormía en el momento del mismo, donde se sustrajeron más de 100.000 litros de aceite. Cuando regresaban con el cargamento al polígono murciano, la Guardia Civil interceptó los camiones y detuvo al grupo.
La banda desarticulada manejaba grandes medios logísticos y económicos para perpetrar los robos y lugares seguros para depositar la mercancía. El destino final del aceite robado era Italia, donde trasladaban las cisternas por carretera o en barco. Para ello, usaban documentación falsa y un entramado empresarial ficticio. La operación sigue abierta a fin de establecer la implicación del grupo en otros robos.