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Cienfuegos para el incendio

Esta incorporación garantiza que la cita continuará y mantendrá su nivel de calidad

el 24 abr 2012 / 21:25 h.

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Los galardonados en la edición de 2011 aún no han cobrado sus premios.
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Desde que el Partido Popular llegó hace ya casi un año al Ayuntamiento de Sevilla, su gestión en materia cultural le ha proporcionado no pocas críticas y escasos elogios. Empezó incumpliendo los planteamientos que defendió mientras militaba en la oposición. Congeló la aportación al Maestranza y a la Sinfónica, cuando siempre defendió su incremento; eliminó las subvenciones a las salas teatrales privadas, a pesar de haber mantenido siempre que las respetaría; y redefinió unilateralmente el mapa de festivales de la ciudad, con el consiguiente enfado de sus promotores.

Y a esto hay que sumar que su primera prueba de fuego, la primera gran cita cultural que se celebraba bajo su mandato, el Festival de Cine Europeo, no estuvo exenta de polémicas y de fallos técnicos. Sin embargo, esta semana, la delegada de Cultura, Mar Sánchez Estrella, se ha apuntado un tanto con el fichaje de José Luis Cienfuegos como nuevo director del certamen cinematográfico.

Cuando pocos creían que existiera un verdadero interés por parte del Consistorio para mantener esta cita más allá de la próxima edición -que no se puede cancelar porque el anterior equipo municipal firmó un contrato con la Academia del Cine Europeo para acoger el anuncio de las nominaciones a sus premios hasta 2012-, la incorporación del exdirector del Festival de Gijón invita al optimismo.

La gestión de Cienfuegos al frente de la muestra asturiana ha sido elogiada por los principales cineastas de España y el extranjero. No en vano, su controvertida destitución a principios de este año por parte del Foro de Asturias originó un movimiento en su defensa que se convirtió casi en una causa política, aglutinando las principales figuras del mundo del cine nacional e internacional.

Pedro Almodóvar, Nacho Vigalondo, Todd Solondz, Atom Egoyan, Trueba, Bertrand Bonnello, Víctor Erice, Abel Ferrara, Di Cillo, Jaime Rosales, Javier Rebollo, Montxo Armendáriz... y así hasta 400 nombres. Esto le añade un plus a la contratación de Cienfuegos ya que, además de evidenciar que es un profesional posicionado y relacionado en el sector, su incorporación bien aprovechada puede servir para atraer a estas figuras hacia el Festival de Sevilla, necesitado proyección en este competitivo mercado.

Pero no sólo gana el certamen. También ganan en tranquilidad quienes temían que el SEFF se encaminara hacia un futuro más provinciano. Sólo hay que recordar las declaraciones que el pasado diciembre realizó Sánchez Estrella, anunciando su intención de "abrir el festival más a la ciudad" con una programación más comercial. "El certamen tiene mucha calidad, pero no se ha difundido bien y ha contado con una oferta demasiado elitista de cine de autor", dijo. Este planteamiento chocaba con la filosofía actual del festival de convertirse en una puerta a la distribución para aquellas películas de la industria europea que no encuentran cabida en las salas convencionales. La llegada de Cienfuegos parece garantizar la apuesta por la calidad en la selección de las películas que competirán por el Giraldillo de Oro.

Otro punto que queda resuelto es la siempre complicada producción de la cita. Hasta ahora, la labor desempeñada por la Andalucía Film Commission había generado ciertos problemas. El procedimiento era el siguiente: El Ayuntamiento encomendaba la producción del SEFF a este organismo, presidido por Carlos Rosado, y éste sacaba a concurso dichos trabajos, lo que al final provocaba que la responsabilidad y la capacidad de decisión se repartiera entre el director artístico, la Film Commission, las empresas adjudicatarias y el propio Ayuntamiento. Demasiados capitanes para un solo barco. Sin mencionar la lentitud a la hora de pagar los servicios prestados que ocasionaba este sistema. De hecho, los galardonados en la edición de 2011 aún no han cobrado sus premios y Fernando Colomo, autor del cartel, todavía espera que alguien salde su factura.

Cienfuegos ya se hizo cargo de la gestión en Gijón y ahora lo hará en Sevilla, aunque se encontrará con los mismos problemas que sus antecesores. Primero, un recortado presupuesto, que de momento sólo garantiza 500.000 euros. Y, en segundo lugar, el problema de hacerse cargo de un festival que no existe jurídicamente y que carece de un equipo humano dedicado al certamen, lo que resulta grave cuando sólo restan seis meses para la próxima edición y no hay nada hecho.

El reto es importante. Sin embargo, ante el horizonte que se dibujaba, la llegada de Cienfuegos abre una puerta a la esperanza que puede ayudar, sólo en parte, a sofocar el incendio que en el panorama cultural de la ciudad ha provocado Sánchez Estrella: las salas de teatro preparando movilizaciones contra los recortes, los festivales privados planteándose suspender próximas ediciones y una Bienal de Flamenco que, a cinco meses de su inauguración, no tiene ni presupuesto cerrado, ni programación contratada y amenaza con abrir un nuevo frente al Ayuntamiento en su más que discutida gestión cultural.

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