La producción de la refinería escocesa de Grangemouth, al noreste de Escocia, fue suspendida por la huelga de 48 horas que secundan desde ayer sus 1.200 trabajadores, lo que obligó a la petrolera BP a cerrar el oleoducto de Forties, que depende de esa refinería y que transporta un 30% de la producción británica diaria de crudo procedente del Mar del Norte.
Varias gasolineras escocesas se vieron afectadas por el paro, pero el Gobierno británico insistió en que hay suficiente combustible para los próximos días. Según los expertos, esta huelga de dos días puede costar al Reino Unido la friolera de 63,5 millones de euros.
Fuentes de los sindicatos que agrupan a los trabajadores señalaron que sus miembros están dispuestos a hablar con la dirección. "Nos reuniremos en cualquier momento, en cualquier lugar para resolver la disputa, y esperamos que la compañía sea sensata", subrayó Pat Rafferty, del sindicato Unite. En los últimos días, los 1.200 trabajadores de la refinería de Grangemouth anunciaron este paro para protestar por la conclusión del programa de planes de pensiones, tras no alcanzar un acuerdo con Ineos, dueña de la planta desde 2005.
El Gobierno autónomo escocés informó de que unas 65.000 toneladas de gasolina, especialmente diesel, equivalente a diez días de reservas, llegarán a Reino Unido en los próximos días.
