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"Con tanto derroche de creatividad se está distorsionando el traje de flamenca"

Ángeles Verano. Diseñadora de moda flamenca

el 09 mar 2013 / 19:02 h.

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Iba para asesora fiscal, pero cambió de rumbo a tiempo. Ángeles Verano (El Puerto de Santa María, 1958) es una de los referentes de la moda flamenca, que en los últimos años ha vivido momentos de gloria. Esta temporada ha decidido hacer un desfile en solitario en lugar de llevarla a Simof, para poder tratar "con más cariño" a su clientela y evitar también que otros se aprovechen de su trabajo copiando sus trajes al exponerlo públicamente. La crisis hace mella, pero es optimista.

-Empezó en 1992 ¿Cómo ha cambiado la moda flamenca en estas dos décadas?
-Ha sido una explosión. Era una moda que no se renovaba y todos los trajes eran iguales. Dio un vuelco de 180 grados y empezó a fijarse en la figura de la mujer, a destacarla y se convirtió en un referente cada año para ser actual y estar acorde con el resto de la moda. Soy de las que más defiende la raíz del traje porque, pese a las modas, no debe perder su esencia y tiene que tener connotaciones que no deben cambiar. Con tanta creatividad el traje de flamenca se está distorsionando.

-¿Qué explicación le da?

-Hay muy pocos escaparates de la moda en Andalucía para los jóvenes diseñadores y cuando tienen la oportunidad con la moda flamenca, van más allá de ella para mostrar su creatividad. He sido presidenta de Andalucía de Moda unos años y he vivido desde dentro todo el cambio. Hay muchos noveles con mucho potencial que no tienen escaparates para mostrar sus diseños más allá de nuestras fronteras. Y luego vienen los diseñadores internacionales y beben de las ideas de aquí. Hay una industria creada alrededor de la moda flamenca que hay que seguir defendiendo, pero el traje debe ser una pieza folclórica que no hay que distorsionar. Deberíamos obtener más ayudas para tener esos escaparates porque, aunque hemos tenido, no son suficientes.

-¿Es complicado unir innovación y tradición?
-Es difícil porque un diseñador cuando crea no debería tener barreras y, sin embargo, a la hora de hacer trajes de flamenca sí debe poner límites para que siga teniendo personalidad propia. Tiene que tener lunares, volantes... De hecho siempre he mezclado con estampados y no pierde la esencia. pero cada vez hay más excentricidades, como ponerle tocado al traje o copiar otras culturas que desvirtúan la prenda. Es un error.

-¿En Sevilla las clientas piden ese grado de innovación?
-Hay un concepto muy clásico del traje de flamenca y el perfil de la clienta es conservador. Cuesta mucho hacerle ver que el traje ha evolucionado y todos los años se marca una tendencia general que va acorde con el resto de la moda. Pero siempre manteniendo la raíz, porque a la clienta le resultan chocantes las excentricidades.

-El sector de la moda flamenca es uno de los más afectados por la crisis.
-Es un artículo de lujo y la gente que está padeciendo la crisis a lo primero que renuncia es a ellos. La caída este año de las ventas son superiores al 50% porque la gente está cada vez peor. El que no tiene porque no tiene, y el que tiene porque está a la espera de ver qué ocurre y no gasta. Hay un freno del consumo total. Yo les explico a mis clientas que si siguen viniendo yo seguiré aquí, pero si no, tendré que dejarlo.

-¿Qué mecanismos ha puesto en marcha para afrontar la crisis?
-Los sueldos no han subido, los alquileres se han mantenido o incluso bajado y además tengo un stock de telas maravillosas, lo que nos ha permitido ajustar los precios a la baja, casi a la mitad. Eso no significa que antes los trajes no costaran lo que costaban, sino que ahora todo es más barato. Pretendemos aguantar el tirón y esperamos que las cosas se estabilicen en un par de años, aunque estoy convencida de que nunca volveremos a lo de antes. No se pueden hacer planes más allá de mes a mes tal y como están las cosas.

-El sector de la moda flamenca se encuentra con la competencia de las modistas, muchas veces economía sumergida. ¿Qué hacer en estos tiempos?
-Todo volverá a ser en España como hace 30 años. Los que no tengan dinero tendrán que acudir a la modista si se quiere dar el capricho. Los diseñadores le hemos dado mil vueltas a la cabeza para cabeza para crear tendencia y luego vienen las modistas y te lo trillan todo. Muchas veces hacen malas copias, pero te das cuenta de que trabajas un año para darle ideas a los demás. Este año no he ido a Simof y he decidido dar un desfile privado para mi clientela, con el fin de poderlas atender bien a aquellas mujeres que apuestan por mi estilo. Yo he nacido en Simof, he crecido allí, era el mejor escaparate del mundo. No quiero guerras, así que lo respeto y le doy su lugar, y reconozco la labor tanto de Simof como de Doble Erre en el impulso a esta moda. Pero yo este año he decidido hacerlo en solitario, salirme del redil, también con el fin de afrontar la crisis de otra manera, aunque hay veces que eso crea problemas. No voy en contra de nadie, lo hago con objetivo empresarial.

-También tiene una línea de novias. ¿Cómo va esa rama del negocio?
-Esta línea comenzó hace más de 12 años porque me lo pidieron mis propias clientas. Al principio no lo hice por necesidad, sino por vocación, aunque al final se ha convertido en una necesidad para rellenar el espacio entre temporada y temporada. Mantener un año con solo tres meses es muy difícil.

-¿Qué propuesta tiene para este año su firma?

-Mi apuesta es por el rojo, por la luz, por la alegría, porque necesitamos una dosis doble o triple de ello. Le he metido mucha fuerza y color y también clásicos como el blanco y el negro. A ver si es posible pasar una buena Feria, que la gente vaya al Real y desconecte de sus problemas.

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