Cuatro meses después de la operación en el hospital Vall d'Hebron de Barcelona, el primer enfermo que ha recibido un trasplante total de cara en todo el mundo accedió ayer, el día que obtuvo el alta médica, a mostrar su nuevo rostro a los medios.
Óscar compareció ante los periodistas, pero no quiso dar a conocer sus apellidos, ni su lugar de residencia. El paciente tiene todavía problemas en el habla, por lo que sólo pudo responder a una pregunta de los periodistas. En su lugar habló su hermana, que también declinó dar a conocer su nombre.
En sus declaraciones, el enfermo expresó su agradecimiento al equipo médico multidisciplinar, liderado por el jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Vall d'Hebron, Joan Pere Barret. También dió las gracias a la familia del donante y a su propia familia, que le ha apoyado durante años desde que sufrió un accidente que le deformó la cara. Además, la desfiguración le impedía respirar por la nariz y la boca y tenía dificultades para ingerir y hablar.
El joven estuvo acompañado del médico, Joan-Pere Barret, que dirige el equipo de más de 30 personas que realizó el trasplante. Barret explicó que la operación, que se realizó el 20 de marzo de este año, duró 24 horas. En este sentido, Barret definió el trasplante realizado a Óscar como el "más complejo que existe".
El jefe del Servicio de Cirugía Plástica destacó que Óscar está preparado para volver a casa. Aunque durante algunos meses deberá seguir estrictos controles y sesiones de fisioterapia, logopedia y terapia facial, los médicos esperan que recupere totalmente la movilidad de la cara dentro de un año o año y medio. "Realmente la integración de su nueva cara ha sido fantástica. Se siente cómodo. Se siente muy bien. Se siente una persona nueva", destacó el doctor. Óscar ya puede beber líquidos, come una dieta a base de purés y empezó a hablar hace ya dos meses. También ha ganado sensibilidad en gran parte de su rostro y está recuperando de manera parcial la movilidad de la musculatura facial.
Joan Pere Barret explicó que el joven receptor le comentó que "siempre existirá un Óscar de antes y un Óscar nuevo pero, realmente, el nuevo es él y es con el que está muy satisfecho de poder seguir viviendo". Para el doctor Barret, el hecho de que el joven "sea un paciente muy colaborador y de una gran fortaleza" ha sido determinante en su buena evolución, aunque controlar el rechazo al trasplante ha sido complicado. Concretamente, Óscar ha superado dos rechazos severos y algunas complicaciones como una trombosis o cuando la lengua se desunió del nuevo trasplante.
El responsable del Servicio de Cirugía explicó que Óscar "nota su cara" y ya puede mover cejas y párpados, aunque aún no cierra los ojos ni tampoco bien la boca, que es lo más difícil. Antes de la intervención tragaba con ayuda y no podía hablar. Desde hace dos meses consigue hablar y desde hace uno toma una dieta triturada y bebe líquidos.
Por su parte, la hermana de Óscar explicó que la familia se siente "contenta y feliz" y agradece la gran labor del equipo del doctor Barret que permitirá al joven "tener una vida nueva". La muchacha, que habló por su hermano, aseguró que lo que más desea es hacer las "pequeñas cosas" que todos hacemos normalmente. "El simple hecho de pasear por la calle sin que te miren o sentarse a la mesa con la familia", comentó. La hermana del paciente trasplantado explicó, además, que Óscar "está deseando irse a cazar y pescar".
