A Mari Luz Cortés, una niña onubense de cinco años, parece que se la ha tragado la tierra. La menor está desaparecida desde la tarde del domingo, cuando fue vista por última vez en un kiosco cercano a su casa. La única pista la sitúa sobre las 20.00 horas del domingo en un autobús urbano de la capital.
Mari Luz salió a comprar el domingo al kiosco más cercano a su casa. Adquirió un paquete de patatas sobre las 16.30 horas, pero no se sabe qué dirección tomó después o con quién salió del barrio. Entre la casa y el kiosco apenas hay 100 metros de distancia y nadie vio ni oyó nada raro a esa hora. Sólo una vecina dice haberla visto en compañía de otra mujer de etnia gitana en la línea uno del autobús urbano, sobre las 20.00 horas. Según relató a los agentes esta testigo, la niña iba llorando. ¿Quién es esa mujer? Es la pista que sigue ahora la investigación policial y la pregunta que se hace Huelva.
La niña tiene el cabello castaño claro con unos intensos mechones rubios. Iba vestida con una falda vaquera, un jersey rosa fucsia y unas mallas del mismo color. Responde al nombre de Mari y tiene los ojos color miel.
La búsqueda sin descanso de Mari Luz pareció resolverse ayer a las 14.30 cuando llegó a los padres, Juan José Cortés e Irene Suárez, la noticia de que la niña había sido vista en un autobús. La Policía se puso en marcha y los más jóvenes cortaron las calles de la ciudad con las motos para que la caravana de vehículos pudiera circular sin peligro. Pero fue una falsa alarma.
Después de eso, la familia y los amigos de la desaparecida esperan con angustia que alguien entregue a Mari Luz. "Pido a toda Huelva que se movilice, que me devuelvan a mi hija, que no vamos a tomar represalias", fue el grito desesperado del padre, Juan José Cortes, que hace poco más de un año montó una empresa de suministro de materiales de construcción, trabajo que compagina con el entrenamiento del Club Deportivo Pinzón, en Palos de la Frontera. Juan José mantiene que la niña ha sido secuestrada. "Era muy tímida y siempre estaba en casa".
Pero, según los vecinos, "hace 15 días intentaron secuestrar a otro niño". Y es que la desesperación se ha apoderado de los allegados a Mari Luz.
El barrio entero se ha volcado con la búsqueda de la niña. Los padres declararon ayer ante la Policía Nacional, así como el chico que despachó a la niña cuando fue a comprar al kiosco. Huelva está empapelada con la imagen de la pequeña y han habilitado un número de teléfono por si alguien pudiera aportar algún dato. Es el 655 15 91 67.
Hasta voluntarios participan en las batidas que han organizado la Policía Nacional y la Guardia Civil para La Policía Nacional, Local y la Guardia Civil, que rastrean cada rincón de la ciudad y los alrededores en busca de alguna pista. También colabora Protección Civil, los Bomberos y el sector del taxi.
Durante la noche del domingo, los amigos de la familia de Mari Luz irrumpieron en algunos domicilios del barrio porque sospechaban que la niña podía estar escondida. Así, han rastreado los alrededores del barrio, recintos aledaños así como los caminos que conducen a la zona donde desapareció.
Sin hipótesis. Todo es poco para encontrar a la niña. La Policía todavía no dispone de ninguna hipótesis. La familia no es conflictiva y no tiene, aparentemente, ningún enemigo. Es más, están muy vinculados a la iglesia evangelista, donde predican la palabra de Dios. La pequeña tiene dos hermanos, Juan José, de 13 años, y Daniel, de ocho. La abuela, Armenia, tampoco podía con la emoción: "Los padres se van a volver locos, necesitamos encontrarla".
