Dos maestras de Dos Hermanas usan el temporal para enseñar a los niños

Pequeños de cuatro años del colegio Luis Cernuda aprenden desde el principio de Arquímedes al origen del arco iris.

el 20 mar 2010 / 19:10 h.

Los niños del Luis Cernuda disfrazados de regaderas en carnaval.
En pedagogía, una unidad didáctica es un método de enseñanza que trata de captar el interés de los alumnos, por el que se elige un tema y se van desarrollando las lecciones a través de ese tema común. A veces se planifican a principios de curso, otras veces se hacen en base a las inquietudes de las clases... y en ocasiones, como en el colegio Luis Cernuda de Montequinto, es la meteorología la que la define.

 

Las profesoras de Primaria Ana Ansado y Alejandra Uceda comprobaban día tras día cómo la lluvia no cesaba, y sus niños, de cuatro años, siempre preguntaban por qué no podían salir al patio a jugar y cuándo iba a parar la lluvia. Claro está, las seños no pueden luchar contra los elementos, pero sí aliarse con ellos y desarrollar conocimientos a través del agua. De este modo, Ana y Alejandra prepararon una serie de experimentos en el que los alumnos debían participar, para empezar, cogiendo una palangana y saliendo al patio a recoger agua de lluvia, que había de sobra, y llenar una pecera de 50 litros donde se hacían las pruebas.

Luego explicaban algunas características del agua. Por ejemplo, el principio Arquímedes. Con cuatro años se tiende a pensar que las cosas grandes pesan más y se hunden. Ana sujeta encima de la pecera un gran corcho de los que se usan para envolver electrodomésticos y una canica de metal -"Seño, eso se va a hundir, la canica flota"; "¿Estáis seguros?"; "Claro, claro"-. Los niños comprobaban boquiabiertos cómo el enorme corcho se quedaba en la superficie y la canica caía al fondo de la pecera.

Otro experimento también pudo hacerse gracias al tiempo. Un día de invierno que el sol salió un rato, los chicos salieron al patio y se pusieron a hacer pompas con agua y jabón. Las pompas son transparentes en clase y de colores en el patio, lo que sirvió para explicar la descomposición de la luz y la creación del arco iris.

Para ser justos, tanto Ana como Alejandra tenían pensado un proyecto así desde principios de curso, contaban con que en invierno lloviera. Pero enero, febrero y parte de marzo los chicos seguían sin poder salir al patio, así que las profesoras pidieron ayuda a los padres para organizar, entre todos un proyecto más grandes llamado Andalucía Sabe a Mar, donde explicaban diversos métodos de pesca, enseñaban fotos de arquitectura basada en el agua, mostraban paisajes como las marismas del Guadalquivir... Y claro, el grupo de los carnavales de febrero inevitablemente se llamó Los Regaderas.

Más que enseñar lecciones, lo mejor es que se aprenda por experiencia, y en el Luis Cernuda han convertido algo tan sencillo como el agua en un cóctel de ciencia y cultura. Y esas emociones, vivencias y sonrisas han quedado en el interior de todos: niños, niñas, padres y maestras.

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