Obama quiere redimir a EEUU de los abusos de la era Bush. El presidente estadounidense no sólo nombrará a un equipo de élite para que interrogue a los supuestos terroristas, sino que un fiscal investigará los interrogatorios ya realizados a sospechosos. Hay una docena de casos de posible tortura.
El jefe del Departamento de Justicia de EEUU, Eric Holder, ha aceptado las recomendaciones y ha decidido nombrar a un fiscal que investigará cerca de una docena de casos en los que interrogadores y contratistas de la CIA pudieron haber aplicado tortura a sospechosos de terrorismo, según reveló ayer el diario The Washington Post.
Holder nombrará a John Durham, un fiscal de carrera de Connecticut. Él deberá ocuparse de evaluar si existe suficiente evidencia para lanzar una investigación criminal más amplia a empleados y ex funcionarios de la CIA que podrían haber violado la ley contra torturas durante los interrogatorios a los detenidos.
Fue el departamento de Justicia quien recomendó a Holder que se reabran cerca de una docena de casos de abusos a prisioneros, lo que podría llevar al banquillo a empleados y contratistas de la CIA por trato cruel a sospechosos de terrorismo. La recomendación coincide con la publicación, ayer, de un informe hasta ahora inédito elaborado en 2004 por el inspector general de la CIA en el que se detallan abusos a prisioneros cometidos por la agencia, tales como amenazas con taladradoras a prisioneros.
Además del fiscal, la Casa Blanca ha decidido poner en marcha el "Grupo de Interrogatorio de Detenidos de Alto Valor" (HIG, por su sigla en inglés), un grupo de élite que se dedicará a los interrogatorios de los supuestos terroristas. El nuevo equipo fortalecerá la seguridad nacional, según manifestó el propio Eric Holder.
Este grupo aplicará los métodos del Manual de Campo del Ejército. "El propósito es el establecimiento de un grupo especializado en interrogatorios que juntará a funcionarios de agencias policiales, las agencias de inteligencia y el Departamento de Defensa para que hagan los interrogatorios de manera que fortalezca la seguridad nacional de acuerdo con el imperio de la ley", señaló Holder.
Los grupos de derechos humanos, organizaciones internacionales y abogados de los detenidos han denunciado que, en el curso de su guerra contra los terroristas, Estados Unidos ha secuestrado, torturado, transferido ilegalmente a países donde se tortura, y mantenido sin juicio a cientos de hombres capturados como sospechosos.
La nueva unidad tendrá su sede central en la de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), que depende del Departamento de Justicia. "Las nuevas políticas nos permitirán utilizar al mejor personal en todas las agencias del gobierno para conducir interrogatorios que produzcan información valiosa", señaló Holder. "No hay una contradicción entre el fortalecimiento de nuestra seguridad nacional y el cumplimiento de nuestros compromisos con la ley", añadió el alto cargo de Justicia.
