Las arcas municipales del Ayuntamiento de Burguillos están vacías. O al menos esa es la denuncia del nuevo equipo de gobierno, dirigido desde las últimas elecciones municipales por el popular Domingo Delgado, que reconoce una deuda superior a los 62 millones de euros entre el débito del Consistorio, de la sociedad municipal Burguillos Natural y de obligaciones de pago. Una situación de endeudamiento que atenaza a la entidad y que ha tenido como primera consecuencia el despedido de ocho trabajadores de la corporación.
En declaraciones a Europa Press, Delgado señaló que con los ingresos actuales del Consistorio burguillero "no se llega ni a cubrir la mitad de las nóminas", razón por la cual el ejecutivo local se ha visto obligado a tomar medidas "absolutamente drásticas", como el cese del contrato laboral a estas personas.
"Soy el que más lo lamenta, porque son personas de mi pueblo, a las que veo diariamente", indicó el primer edil de la localidad, que especifió que varios de los despedidos ostentaban plazas que han sido eliminadas del catálogo de puestos de trabajo del Ayuntamiento, mientras que en el caso de otro de los afectados, un antiguo concejal del PSOE, "ha sido a petición suya, por su propio interés".
Denuncia de IU. Sin embargo, IU atribuyó a una "caza de brujas" estos despidos. En un comunicado este grupo municipal destacó la filiación sindical y política de varios de los despedidos como los principales motivos, así como pel hecho de que estas medidas hayan sido tomadas "sin convocar la comisión paritaria en la que deben tener representación los sindicatos y partidos, ni tampoco la comisión de empleo".
Ante esto, Delgado señaló que "tengo el Ayuntamiento lleno de militantes del PSOE que siguen en sus antiguos puestos de trabajo", en referencia a los mandatos anteriores, en los que los socialistas ostentaron la Alcaldía.
Sobre la situación económica, detalló que el Consistorio del municipio tiene 12 millones de euros en deuda, más cinco en obligaciones de pagos, por 40 de Burguillos Natural y nueve más en litigio, de los cuales "prevemos que habrá que pagar unos cinco". Todo ello bajo las "amenazas" de corte de suministro eléctrico y telefónico, pues, apostilló, "de donde no hay no se puede sacar".
La difícil situación económica estuvo a punto de provocar la suspensión de la feria después de que ya el gobierno socialista decidiera dejar en una las dos fiestas, también con el objetivo de ahorrar. Sin embargo, un acuerdo a última hora con los empresarios de las atracciones, que aportaron una cantidad, permitirá salvar esta fiesta, que arranca esta noche y se celebrará hasta el próximo día 7.
